La atmósfera en Valdebebas es densa y el entrenador italiano, Carlo Ancelotti, siente el peso de las expectativas y las críticas como nunca antes.
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La inminente final de la Copa del Rey contra el FC Barcelona, programada para el sábado 26 de abril, se ha convertido en mucho más que un simple partido por un título; para Ancelotti, representa un examen crucial, un punto de inflexión que podría definir su futuro en el banquillo merengue.
El Real Madrid llega a esta final con la moral resentida tras la dolorosa eliminación en los cuartos de final de la UEFA Champions League a manos del Arsenal. La contundente superioridad mostrada por los "gunners" a lo largo de la eliminatoria dejó al descubierto las carencias de un equipo blanco que, si bien ha tenido destellos de brillantez, su nivel colectivo no cumple con las expectativas.
Irregularidad de la temporada
La irregularidad ha sido una constante en la campaña del Real Madrid. A momentos de fútbol excelso y victorias convincentes, le han seguido actuaciones grises y derrotas inesperadas.
La pérdida de la final de la Supercopa de España precisamente contra el Barcelona a principios del 2025 fue un primer aviso, una señal de que el equipo no siempre ha estado a la altura de las grandes citas ante su eterno rival.
En este contexto de altibajos y decepciones recientes, la figura de Carlo Ancelotti se ha convertido en el centro de la diana de las críticas. Si bien su vasta experiencia y palmarés hablan por sí solos, los resultados y, sobre todo, las sensaciones que ha transmitido en los últimos encuentros generaron un debate intenso sobre su capacidad para revitalizar a un plantel que se cae a pedazos.
Última oportunidad para Ancelotti
La presión sobre Ancelotti se ha intensificado exponencialmente tras la eliminación de la Champions League. La afición, exigente por naturaleza, no perdona las derrotas ante rivales directos y menos aún cuando se produce una sensación de inferioridad futbolística.
La final de la Copa del Rey ante el Barcelona se erige, por lo tanto, como un auténtico ultimátum para Carlo Ancelotti. Una derrota en este clásico, en un escenario de máxima rivalidad y con el título en juego, podría ser la estocada final para su segunda etapa en el banquillo del Santiago Bernabéu.
Perder este trofeo no solo significaría sumar un nuevo revés ante el eterno rival, sino que también quemaría prácticamente todas las opciones de salvar una temporada marcada por la inconsistencia y la falta de éxito en los grandes torneos.
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