El error cometido por el proveedor de la RFEF ha sembrado el caos entre los seguidores del FC Barcelona que adquirieron sus entradas para la final de la Copa del Rey. Al recibir los boletos, muchos socios, peñistas y aficionados se encontraron con la desagradable sorpresa de que los datos personales impresos en las entradas no correspondían con los suyos.
Esta situación ha generado una gran confusión, incertidumbre y un profundo malestar entre aquellos que esperaban con ansias vivir en directo el Clásico en el estadio de La Cartuja.
Barcelona se desvincula
La reacción del FC Barcelona no se hizo esperar. A través de un comunicado oficial, el club blaugrana calificó la incidencia como "inaceptable" y manifestó su total desvinculación de la gestión de las entradas, señalando directamente a la RFEF y a su proveedor de ticketing, One Box.
La gravedad de la situación llevó al club a anunciar que su Área Legal estudiará minuciosamente si este error es susceptible de generar perjuicios a sus socios, peñistas y aficionados, advirtiendo que actuará en consecuencia contra los responsables de este lamentable suceso.
Ante la magnitud del problema, la empresa One Box emitió también un comunicado en el que asume la total responsabilidad del error. La compañía atribuyó la equivocación a un "error humano del sistema de ticketing de la RFEF en la gestión administrativa del listado de los ganadores".
Tras una revisión interna, One Box constató que la incidencia fue fruto de un cruce de datos erróneo. La empresa ofreció sus "sinceras disculpas" por los posibles malentendidos e inconvenientes ocasionados y aseguró que ya se han tomado las medidas necesarias para corregir la situación, prometiendo que en breve los afectados podrán volver a descargar las entradas con el nombre correcto.
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Un error que puede costar no ver la final
Sin embargo, la promesa de una pronta solución no ha logrado calmar la preocupación de los aficionados. La incertidumbre sobre la validez de las entradas erróneas y los posibles problemas que podrían surgir en los controles de acceso al estadio persisten. Para muchos, la posibilidad de perderse la final por un error ajeno es una perspectiva inaceptable.
Las implicaciones legales de este caos en la gestión de las entradas podrían ser significativas. El FC Barcelona, en su firme defensa de los derechos de sus socios y aficionados, podría emprender acciones legales contra One Box y, dependiendo de las conclusiones del estudio de su Área Legal, incluso contra la propia RFEF si se considera que tuvo algún tipo de responsabilidad en la cadena de gestión.
Una demanda por daños y perjuicios no se descarta ante el malestar generado y los posibles perjuicios económicos y emocionales causados a los seguidores culés. Además, este incidente sin duda dañará la imagen y la reputación tanto del proveedor de ticketing como de la propia federación.
