María José Frontado R
@majofronttado
Tal y como está escrito en el capítulo 4 de la segunda parte de "El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha" por Miguel de Cervantes: “Segundas partes nunca fueron buenas”, se puede resumir el segundo mandato de Joan Laporta y sus “colaboradores”.
Un presidente condicionado y a la espera de aprobación de sus alrededores no es lo que necesita el "Can Barça" para resurgir y volver a tocar el cielo con las manos.
El fin de semana, Joan expresó unas palabras de aliento para la afición culé mediante los medios de comunicación. Se esperaba calma, esperanza y un posible cambio táctico en el banquillo, pero el mensaje tomó otro camino.
La ratificación
El presidente hizo publico que Ronald Koeman tiene el respaldo por parte de la Junta Directiva y seguirá “pase lo que pase”. La ratificación al neerlandés se anunció previo a la derrota 2-0 frente al Atlético de Madrid. Además, contó con un gol del exjugador del Barcelona, Luis Suárez.
Laporta, quien tuvo un mandato exitoso que pasó de Ronaldinho a Guardiola y el ‘Sextete’, consiguió en un primer escenario 59 títulos. Se convierte, de esta manera, en otro de los señalados de la mala situación en general que presente el Barcelona. Aunque el más notorio es Ronald Koeman.
El ego
“Gracias a mi, el club tiene futuro”, dijo Koeman ha inicio de la temporada. Dicha frase a perjudicado su credibilidad en el banquillo y su poca visión de competitividad en entrenamientos y partidos oficiales.
Su lenguaje gestual y menospreciando a jugadores (de La Masía) públicamente, no ha sido la mejor forma de revertir la situación en cuanto resultados en el campo.
Sí se puede tapar el sol con un dedo
La imagen actual que refleja el FC Barcelona es la misma desde hace unos años, pero se camuflaba gracias a que un hombre tapaba todas las carencias del club: Lionel Messi.
Uno de los argumentos tras la salida de Messi, fue que el equipo iba a demostrar lo que era capaz, jugar más en conjunto y hasta defender mejor, día a día se observa ese dicho ambiguo. Tanto en La Liga como en Champions, se nota que era el ‘10’ quién hacia la diferencia.
El Barcelona tiene los elementos para jugar mejor, ser competitivo y demostrar que están en el mismo margen de los grandes de Europa, solo falta derrotar a los enemigos en casa.