La Copa Libertadores 2024 vivió una final vibrante en el mítico estadio Estadio Monumental de River, donde Botafogo logró alzarse con el título tras vencer 3-1 a Atlético Mineiro. El equipo albinegro, con el vinotinto Jefferson Savarino como una de sus figuras, escribió un capítulo dorado en su historia, conquistando el trofeo más prestigioso del continente.
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Arranque electrizante con roja incluída
El encuentro no pudo tener un inicio más intenso. Apenas en el segundo 40, Gregore de Magalhães, volante de Atlético Mineiro, recibió la tarjeta roja directa tras una dura entrada sobre Fausto Vera. Esta expulsión tempranera dejó a su equipo con diez hombres y condicionó gran parte del desarrollo del partido.
A pesar de contar con ventaja numérica, Botafogo tuvo que superar una férrea resistencia de su rival. No fue hasta el minuto 35 cuando Luiz Henrique, con un potente remate cruzado, logró abrir el marcador y desatar la euforia de los fanáticos albinegros. Solo nueve minutos después, una falta sobre el propio Luiz Henrique dentro del área fue sancionada como penal, y Alex Telles no falló desde los doce pasos, ampliando la ventaja justo antes del descanso.
Atlético Mineiro buscó la remontada
En la segunda mitad, Atlético Mineiro salió con todo en busca de la hazaña y rápidamente encontró recompensa. Al minuto 47, el chileno Eduardo Vargas conectó un cabezazo preciso que venció al arquero Lucas Perri y encendió las esperanzas de los "Galo".
Sin embargo, el esfuerzo del equipo dirigido por Eduardo Coudet no fue suficiente para igualar el marcador. Botafogo supo resistir los embates de su rival, mostrando solidez defensiva y un control táctico liderado por figuras como Jefferson Savarino, quien aportó su experiencia en momentos clave del encuentro.
Jefferson Savarino, un vinotinto campeón de Libertadores
Con este triunfo, Jefferson Savarino inscribe su nombre en la lista de venezolanos que han conquistado la Copa Libertadores, igualando al legendario Alejandro "Lobo" Guerra, campeón en 2016 con Atlético Nacional. Savarino se destacó durante toda la campaña, consolidándose como una pieza fundamental en el esquema de Botafogo.
Este título representa un logro histórico para el club, que no obtenía un campeonato internacional desde hacía décadas, y confirma el resurgir del fútbol venezolano en el escenario continental. Botafogo y Savarino serán recordados como protagonistas de una final inolvidable que quedará grabada en la memoria de los amantes del fútbol sudamericano.