El regreso de La Vinotinto a la acción está a la vuelta de la esquina, cuando le toque medirse ante Bolivia el 5 de septiembre por las eliminatorias mundialistas de la edición de 2026, a disputarse por primera vez en tres sedes: Estados Unidos, México y Canadá.
Sin embargo, esa vuelta al gran recorrido, que puede llevar al combinado nacional a jugar su primera Copa del Mundo, no será en cualquier escenario, justamente, porque tendrá como epicentro al Estadio Municipal de El Alto, Bolivia; situado a unos aproximados 4.083 metros sobre el nivel del mar, superiores a los 3.581 de la antigua casa del conjunto boliviano, el Estadio Olímpico Hernando Siles, ubicado en La Paz.
La escuadra del altiplano decidió cambiar su recinto para este compromiso con miras a incrementar sus posibilidades de sumar los tres puntos, sobre todo, en la situación de emergencia que tienen en la tabla de posiciones, donde solo suman tres unidades, por los nueve que goza Venezuela. Ahora bien, ¿por qué este movimiento beneficia a los locales?
¿Qué pueden vivir los jugadores de La Vinotinto al jugar en El Alto?
En el pasado ya se hacía muy difícil competir en suelo boliviano, pero las preparaciones de los equipos fueron acortando esas distancias entre locales y visitantes. Sin embargo, aún muchas personas no se explican qué es lo realmente complicado de un contexto así y el porqué dificulta el nivel de los jugadores.
De entrada, hay que mencionar que este tipo de escenario producen tienen como marco una baja presión barométrica que ocasiona una perdida aeróbica notable en los futbolistas más habituados a la planicie.
De allí, a que los especialistas expliquen que la sustancia corporal responsable por la fatiga, el ácido láctico, tenga una mayor acumulación, que luego se traslade a la pérdida de características claves en el balompié como la explosividad al correr, la velocidad en los duelos, la potencia para cualquier acción y, desde luego, influya en la coordinación de movimientos.
Por tanto, desde La Vinotinto ya son conscientes que atravesar por estas condiciones sin preparación incide directamente en la toma de decisiones, que es de donde se generan los errores o aciertos durante el juego.