La capital española se tiñó de blanco este domingo para celebrar el 36º título de Liga del Real Madrid. Una fiesta apoteósica que tuvo como broche de oro la tradicional subida a Cibeles, donde los jugadores, encabezados por el capitán Nacho Fernández, alzaron la copa ante la multitud enfervorizada.
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Real Madrid presentó el trofeo ante su hinchada
Medio millón de madrileños se congregaron en las calles para rendir homenaje a un equipo histórico que ha firmado una temporada extraordinaria. La consecución del campeonato liguero, sumado a la clasificación para la final de la Champions League, ha creado un ambiente de euforia desbordante entre la afición merengue.
La celebración comenzó de manera inusual, con la entrega de la copa a las 10 de la mañana en la Ciudad Deportiva de Valdebebas. Sin embargo, esto no impidió que la fiesta se desarrollara con gran intensidad y emoción. Detalles, anécdotas y un ambiente espectacular caracterizaron una jornada inolvidable para los seguidores blancos.
Un Carletto "embalado"
El protagonista indiscutible de la celebración fue, sin duda, Carlo Ancelotti. El técnico italiano, artífice del éxito del equipo, se desmelenó por completo y se convirtió en el alma de la fiesta. Cantó el himno de la Décima, rescató la icónica foto del puro y terminó bailando con Camavinga y el resto de la plantilla. Un Ancelotti "embalado" que se consolida como el entrenador más laureado de la historia del Real Madrid.
Joselu, el héroe inesperado
A pesar de su papel secundario durante la temporada, Joselu se convirtió en uno de los jugadores más aclamados por la afición. Su nombre fue coreado con fervor en las calles de Madrid y tanto Isabel Díaz Ayuso como José Luis Martínez-Almeida le pidieron que se quedara en el club.
Un baño de masas multitudinario
Tras la visita a las autoridades, los jugadores se enfundaron la camiseta blanca con el dorsal 36 y subieron al autobús descapotable para iniciar el baño de masas. Cerca de medio millón de personas les esperaban en las calles para vitorearles y celebrar junto a ellos el título de Liga.
Cibeles se viste de blanco
La apoteosis final llegó en la Plaza de Cibeles, donde los jugadores coronaron a la diosa con la copa. Lágrimas de alegría, cánticos, bailes y un ambiente indescriptible marcaron un momento histórico para el Real Madrid y su fiel afición.
Más allá de la euforia por el título, la celebración también sirvió para poner de manifiesto la unión y el buen rollo que reina en el vestuario blanco. Los jugadores se repartieron elogios y coronaron a Vinicius como el mejor jugador del mundo y el próximo Balón de Oro.
Un mensaje claro: ¡A por la Decimoquinta!
La fiesta del Real Madrid no podía terminar sin un claro mensaje: ¡A por la Decimoquinta!. La consecución de la Champions League es el gran objetivo que se marca el equipo para poner el broche de oro a una temporada extraordinaria. El sueño de todos los madridistas es volver a Cibeles el 2 de junio con la copa europea en sus manos.
