Cara y cruz. Unas de cal y otras de arena. Eso, en resumen, podría definir al FC Barcelona con la apuesta en una de sus ideas más instauradas en la primera plantilla desde que Hansi Flick asumió el cargo de entrenador del primer equipo.
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Esto no es otra cosa que la misión decidida de enfilar el fuera de juego como un arma para desarticular a los rivales. Cuando ha salido el Barcelona maravilló a propios y extraños, como en el clásico ante Real Madrid, donde fue capaz de dejarlos en offside hasta en 12 oportunidades -la cifra más alta de la temporada-.
Sin embargo, la media de siete fuera de juego por compromiso está sufriendo un bajón tremendo en los dos juegos más recientes de los culés ante la Real Sociedad y Celta de Vigo, en una lectura que podría llevar a que los rivales ya encontraron la forma de cómo dejar sin efecto el plan azulgrana.
FC Barcelona ante los números
Los de Hansi son embajadores esta temporada de esta vieja idea presente en el fútbol. Se han agarrado de sus ventajas y las cifras eran de aplaudir, con la excepción de los dos últimos cotejos, en los que costó -y mucho- hilvanar otra gran actuación en este apartado, lo que dio beneficios a sus rivales para generarles daños reales.
Ante la Real, duelo que perdieron 1-0, los culés solo pudieron dejar a los vascos tres veces en fuera de juego, lo que se tradujo en 14 remates totales, seis directamente a portería. Con Celta fue un guión parecido, en la igualdad a dos goles.
En este duelo los culés solo pudieron llevar a esa "trampa" a su oponente en dos oportunidades, que -ante todas esas facilidades- se atrevió hasta a dejar 15 remates, de los que ocho fueron dentro de la zona defendida por el guardameta Iñaki Peña.
Pese a todo esto, el diagnóstico que hacen en el FC Barcelona -por la bajada del porcentaje- responsabiliza la falta de concentración e intensidad en el juego, que al recuperarla llevaría a que se retome la senda inicial del equipo. Así lo cree el líder, Hansi Flick, y uno de sus ejecutantes en el campo, íñigo Martínez.