Las gemelas Karissa y Kristina Shannon, conocidas por ser parte de las famosas conejitas Playboy, sostuvieron una entrevista con PEOPLE, donde compartieron detalles de su estadía en la Mansión Playboy, su lado oscuro y los abusos que vivieron.
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Las hermanas se mudaron a la Mansión Playboy en 2008, cuando tenían 19 años de edad. Desde entonces y por unos largos 18 meses mantuvieron una relación con Hugh Hefner, sin embargo, en la casa no todo era color de rosa. En ocasiones, enfrentaron problemas con otra Playmates, situaciones complejas de salud mental, drogas y experiencias que definieron como “traumáticas”.
“Estábamos realmente perdidas, incluso en momentos suicidas. No teníamos a nadie, solo nos teníamos a nosotras mismas”, comentó Kristina sobre su salida de la mansión y cómo le afectó estar en ella.
Uno de los conflictos internos que tuvo la exmodelo fue con su espiritualidad y fe en Jesús, por la cual enfrentó problemas dentro de flamante mansión. “Playboy dejó un enorme vacío en nuestros corazones y espíritus”, dijo.
Por su parte, dentro de las revelaciones, admitió que por su juventud hubo roces con otras conejitas Playboys por la diferencia de edades, entre ellas mencionó a: Bridget Marquardt, Kendra Wilkinson y Holly Madison, lo que generó una tensión entre ellas. “Él quería estar en medio de las gemelas para las fotos o sentarse junto a nosotras en la mesa. Eso generó mucha envidia”, señaló.
Abusos e ITS
Uno de los episodios más traumáticos para las gemelas Karissa y Kristina Shannon dentro de la Mansión Playboy fue ser obligadas a formar parte de un trío junto a Hugh Hefner, quien falleció 2017. “Cada vez que lo hacía con él, era un asalto. Para mí, era como una violación”, afirmó Karissa.
En 2022, durante la emisión de la docuserie de A&E Secrets of Playboy, las hermanas revelaron más detalles sobre su tiempo en la mansión, incluyendo que ambas contrajeron clamidia y que Karissa tuvo que someterse a un aborto tras quedar embarazada de Hefner.
Liberación al salir
A pesar de experimentar una sensación de libertad al salir de aquel oscuro lugar, fueron diagnosticadas con trastorno de estrés postraumático (TEPT), una problemática que abordaron gracias a la terapia.
En su conexión con el mundo exterior se les dificultó la comunicación y las relaciones emocionales fueron un gran dolor de cabeza para ambas. Pero, no todo es malo, tras dejas Los Ángeles, se establecieron en Michigan.
“Michigan nos cambió. Nos encanta estar aquí y viajar a Los Ángeles o Las Vegas solo por trabajo”, coincidieron.