En el mes de julio, la modelo argentina Wanda Nara anunció que, definitivamente se separaba de Mauro Icardi, tras una década juntos y dos hijas en común, decidieron ponerle fin a una relación que se tornó tóxica y enfermiza.
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“Decidí separarme, pero no dejaremos de ser una familia (...) Intentarlo mil veces más cuando hay amor tampoco fue un error. No me arrepiento de nada, pero hoy me toca seguir sola. No hay culpables ni terceros”, fue su anuncio a través de Instagram.
Desde entonces, Wanda se fue a Buenos Aires para instalarse en su tierra natal y cumplir con nuevos proyectos profesionales. Sin embargo, estaría pasando por un mal rato económico debido a la drástica decisión del futbolista.
¡No tengo dinero, ni nada que dar!
Pese a que, la argentina ha demostrado ser una mujer independiente, no podemos negar que, muchos de sus lujos se los ha dado gracias a quien fuera su pareja desde el año 2014. En medio de la disputa por firmar, el delantero decidió bloquear las tarjetas de crédito que le facilitaba a Nara.
“Es cierto que los hombres muchas veces usan eso como medida coercitiva (…) los hombres lo primero que hacen es cortar las tarjetas o no hacerse cargo de las obligaciones alimentarias de sus hijos menores”, expresó la abogada de Wanda.
“Wanda me llama todos los días y me dice: ‘Ana, me cortó la tarjeta’. Y hay que mantener a dos criaturas (...) Esperamos que se reinstauren en cualquier momento. Un marido, en general, cuando quiere recuperar a una mujer, lo primero que utiliza es la presión económica y parte de esa presión es dejar a Wanda sin víveres”, añadió en días pasados.
Los gastos de Wanda
La defensora Ana Rosenfeld, dio un balance de los gastos de su clienta, y aseguró que, esto le está afectando a la argentina. “Wanda tiene trabajo, tiene ingresos... Está muy claro que la tarjeta de crédito que se cortó era solamente para proveer lo que era la cuota alimentaria o la comida de las chicas, los gastos... No circula efectivo”, detalló.
En ese sentido, la creadora de contenido juró que dicha tarjeta la cual está bloqueada desde hace más de un mes, las usaba netamente para los gastos necesarios de sus niñas, Francesca e Isabella de 9 y 8 años, respectivamente.