Francia se jugaba el primer puesto del grupo ante Polonia y la respuesta no fue la esperada en un partido donde la gran figura fue Łukasz Skorupski, guardameta de la seleccion polaca. Les Bleus terminaron relegando el primer lugar lugar del grupo tras sufrir el empate a manos de Robert Lewandowski, mientras en simultaneo, Austria se imponía sobre Paises Bajos.
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Deschamps no consigue solución en el banquillo
Deschamps dio entrada a Camavinga, Griezmann y Giroud buscando un cambio de ritmo, pero el equipo no carburó y el empate supo a poco. Las críticas no tardaron en llegar, con algunos señalando la falta de un jugador diferencial que cambie el rumbo de los partidos.
Deschamps no eludió la cuestión en rueda de prensa: "Podemos hacerlo mejor, pero no es para que se sientan culpables, porque nunca es fácil remontar". El seleccionador francés reconoció que "algunos dirán que no marcamos la diferencia" y que, aunque "en general, estamos por delante", cuando buscan un resultado, los cambios no siempre tienen el efecto deseado.
Eduardo Camavinga, por su parte, defendió su actuación en la zona mixta: "La gente piensa que es fácil salir en ese momento al campo, pero no es así. Hemos dado el máximo". El jugador del Real Madrid también habló de Giroud y Griezmann, dejando claro que el trío de ataque francés no pudo encontrar la fórmula del éxito.
La incógnita del rol de Camavinga
La situación de Camavinga con la selección francesa es cuanto menos peculiar. El joven centrocampista ha dado un paso adelante esta temporada con el Real Madrid, donde se ha convertido en titular indiscutible e incluso disputó la final de la Champions League como titular. Sin embargo, con Deschamps no termina de encontrar su sitio.
El seleccionador lo ha probado en diferentes posiciones, incluyendo el lateral izquierdo, pero no ha logrado sacar su mejor versión. Camavinga busca un rol protagonista, pero la competencia en el centro del campo de Francia es feroz, con jugadores como Kanté, Tchouaméni, Rabiot y Griezmann peleando por los puestos.
A pesar de las dificultades, Camavinga no se rinde. El jugador ha expresado su deseo de jugar contra Portugal en un posible cruce de cuartos de final: "Me gusta jugar este tipo de partidos". Confía en sus posibilidades y en que, con el tiempo, encontrará su lugar en el once de Deschamps.
Francia necesita encontrar ese jugador diferencial que cambie el rumbo de los partidos y Camavinga tiene el potencial para serlo. Si Deschamps logra pulir su talento y darle la confianza que necesita, puede convertirse en una pieza clave para el futuro de Les Bleus.
