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En un momento crucial del partido, España se encontraba por debajo del marcador contra Georgia cuándo Rodri Hernández recibió el balón en la media luna del área. Sin dudarlo, el centrocampista español ejecutó un remate potente y cruzado, dirigiendo el balón hacia el poste izquierdo de Mamardashvili, el portero georgiano.
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La pelota se incrustó en la red con un sonido seco, haciendo que el estadio estallara en gritos de júbilo para los aficionados españoles. Este gol, anotado con precisión y técnica, supuso la igualdad para la selección española en su camino hacia la clasificación para la siguiente ronda de la Eurocopa 2024.