El lanzador venezolano Maiker Josue Pimentel fue reconocido con el premio al Jugador Más Valioso (MVP) del Mundial de Softbol 2025. Su dominio desde el montículo fue tan determinante que se convirtió indiscutiblemente en el mejor lanzador de la competencia.
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La selección venezolana se proclamó campeona tras vencer a Nueva Zelanda por 3‑0 en la final. Sin embargo, la historia real del éxito radica en la labor de Pimentel, quien, a lo largo de seis apariciones en la justa, acumuló 4 victorias y una sola derrota. Para redondear su faena, su efectividad (ERA) fue de apenas 2.88, lo que lo ubica como un lanzador serio, consistente y con férreo control durante todo el torneo.
Maiker Pimentel el as de la rotación venezolana
Pimentel no solo consiguió triunfos: su aporte fue enorme en volumen. En total, lanzó 34 innings, permitiendo 16 carreras limpias, de las cuales solo 2 fueron sucias. Ese nivel de eficiencia habla de su enorme concentración y dominio mecánico, sabiendo que la proporción de carreras sucias suele reflejar errores defensivos o imparable tras propio fallo. Aquí, fue prácticamente perfecto.
Además, Maiker se erigió como el lanzador con mayor actividad en todo el roster venezolano, lo que resalta no solo por su rendimiento, sino también por la resistencia física que demostró durante todos los encuentros cruciales. Venezuela lo utilizó una y otra vez en momentos determinantes, convencida de que su brazo –y su mente– marcarían la diferencia.
La gesta del MVP Maiker Josue Pimentel representa un hito en la historia del softbol nacional. Su rendimiento en un torneo mundial de alto nivel no solo subraya su talento, sino que también demuestra el nivel del softbol venezolano. En los últimos años, el softbol masculino en Venezuela cobró visibilidad, pero la actuación de Pimentel consolida esa ola y coloca un listón alto para los lanzadores que vienen detrás.
En definitiva, Maiker Josue Pimentel fue el lanzador más completo del Mundial: producción constante, dominio técnico, resistencia física y mental. Su 4‑1, ERA 2.88 en 34 innings, con solo un par de carreras sucias permitidas, lo coronan no solo como un gran profesional del pitcheo, sino como la figura central del título obtenido por Venezuela.
