En una jornada repleta de emociones, Nicaragua logró una dramática victoria sobre Sudáfrica en el partido inaugural de las eliminatorias para el Clásico Mundial de Beisbol 2026. Un choque de pura tensión que se extendió hasta el décimo inning y que terminó con un imparable decisivo de Ronald Rivera para llevarse la victoria por 2-1.
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Desde el primer inning, ambos equipos demostraron que el duelo sería de altos vuelos. El juego se convirtió en un auténtico duelo de pitcheo, con ambos conjuntos limitando las oportunidades ofensivas. En total, sólo se registraron 10 imparables, lo que reflejó la intensidad y concentración de los monticulistas.
El marcador se mantuvo empatado a 1-1 hasta el décimo inning, cuando el destino de la contienda se definió en una jugada que dejó a todos los presentes al borde de sus asientos.
La parte baja del décimo inning comenzó con un corredor automático en segunda base, Emanuel Trujillo, quien rápidamente avanzó a tercera con un toque de sacrificio de Elián Rayo. La tensión aumentó cuando Freddy Zamora recibió una base por bolas intencional, poniendo corredores en las esquinas.
Con el estadio en vilo, Ronald Rivera se encargó de resolver la contienda, conectando un sencillo de oro al jardín derecho que impulsó a Trujillo para que Nicaragua sellara su victoria en el mismo terreno de juego.
La bola escondida
Sin embargo, más allá del batazo que definió el encuentro, el momento más inolvidable del partido fue la jugada de astucia ejecutada por Sudáfrica en el séptimo inning. Tras un sencillo de Freddy Zamora que empató el marcador 1-1, Nicaragua se acercó a la tercera base con un elevado de sacrificio.
Fue allí cuando Sudáfrica implementó una jugada engañosa. El antesalista Anthony Phillips fingió entregar la pelota al lanzador Justin Erasmus, mientras, en realidad, conservaba la pelota. Al ver que Zamora se adelantaba, Phillips corrió hacia él y lo tocó, lo que inicialmente fue marcado como un balk, pero la repetición en video revirtió la decisión y Zamora fue finalmente decretado out, dejando la jugada sin consecuencias para Sudáfrica.
A pesar de esta astuta trampa, Nicaragua mantuvo la calma y, con el bate de Rivera, se llevó la victoria.