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Shohei Ohtani ha revolucionado el beisbol moderno con su habilidad sin precedentes para sobresalir tanto como bateador como lanzador de élite. Su antigua temporada de 50 bases robadas y 200 ponches ha puesto de manifiesto un talento que pocos creían posible en un solo jugador. Sin embargo, al adentrarnos en la historia del deporte, encontramos que Ohtani no es el único que ha logrado esta hazaña tan singular.
Juan Ward, un jugador de finales del siglo XIX, fue pionero en esta faceta del juego. Antes de que el montículo se alejara de los bateadores y se instauraran las reglas modernas para contabilizar las bases robadas, Ward demostró una versatilidad asombrosa, combinando velocidad en las bases con poder en el brazo. Su logro, aunque obtenido en un contexto muy diferente, sigue siendo un testimonio de la excelencia atlética y de la capacidad de algunos jugadores para desafiar los límites del juego.
Tanto Ohtani como Ward lograron dominar dos facetas del juego que suelen requerir habilidades y físicos muy distintos. La velocidad, la fuerza, la resistencia y la precisión mental son atributos esenciales tanto para un bateador de poder como para un lanzador dominante.
Las condiciones del juego han cambiado drásticamente desde la época de Ward hasta la de Ohtani. El beisbol moderno es un deporte más especializado, con jugadores que se concentran en una sola posición o rol. Sin embargo, ambos jugadores demostraron que la versatilidad sigue siendo posible, incluso en un entorno tan competitivo.
Shohei Ohtani y Juan Ward son dos figuras legendarias que han dejado su marca en la historia del mejor beisbol del mundo. A pesar de estar separados por más de un siglo, ambos comparten un logro excepcional que los convierte en referentes para las futuras generaciones de jugadores.