Hace 25 años, Edgardo Alfonzo se convirtió en el héroe indiscutible de los Mets de Nueva York al conectar dos jonrones, incluyendo un grand slam en la novena entrada, para asegurar la victoria en el primer juego de la Serie Divisional de la Liga Nacional (NLDS) contra los Diamondbacks de Arizona.
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El 5 de octubre de 1999, el estadio Chase Field en Phoenix fue testigo de una de las actuaciones más memorables en la historia de los playoffs de la MLB. Alfonzo, conocido por su consistencia y habilidad en el bateo, demostró una vez más por qué era una pieza clave en el equipo de los Mets.
Desde el primer inning, Alfonzo dejó claro que estaba listo para enfrentar a uno de los lanzadores más temidos de la época, Randy Johnson. Con un jonrón solitario, puso a los Mets en el marcador y estableció el tono para el resto del juego.
El Clímax en la Novena Entrada
El verdadero momento de gloria llegó en la novena entrada. Con el marcador empatado y las bases llenas, Alfonzo se enfrentó al relevista Bobby Chouinard. En un conteo de 3-1, conectó un grand slam que envió la pelota hacia lo profundo del izquierdo, desatando la euforia entre los fanáticos de los Mets y asegurando una victoria crucial de 8-4.
Esta victoria no solo dio a los Mets una ventaja temprana en la serie, sino que también cimentó el legado de Alfonzo como uno de los jugadores más clutch en la historia de la franquicia. Su actuación fue fundamental para que los Mets avanzaran a la Serie de Campeonato de la Liga Nacional ese año.
El 25 aniversario de esta hazaña nos recuerda la grandeza de Edgardo Alfonzo y su impacto duradero en el béisbol. Su grand slam en la novena entrada sigue siendo un momento icónico que los fanáticos de los Mets y del beisbol en general celebran hasta el día de hoy.