En múltiples departamentos estadísticos, se evidencia el éxito de Fernando Valenzuela en su carrera. Pero para todos los mexicanos, su nombre solo tiene un sinónimo: grandeza. Y tras su fallecimiento el pasado martes, su legado hace que este concepto sea eterno.
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Históricamente, es considerado el mejor pitcher de su país por lejos. No en vano, es líder entre sus compatriotas en cantidad de juegos ganados (173), ponches (2.074), innnings lanzados (2.930) y aperturas (424).
Un legado inmejorable
Mucho tiempo tendría que pasar para ver a un lanzador de México emular lo hecho por el 'Toro'. Pues sus 17 temporadas en la élite del béisbol (desde el 1980 hasta el 1997) lo hacen el segundo monticulista mexicano de mayor longevidad (superado por las 20 campañas de Óliver Pérez), pero sin duda el más exitoso.
Sin embargo, este dato es solo la punta del iceberg, cuando se trata de valorar la trayectoria que tuvo el sonorense en MLB y la huella que dejó en sus 11 años vistiendo la camiseta de Dodgers de Los Ángeles.
Luego de debutar en 1980, solo un año más tarde estaría conquistando el premio Novato del Año, Jugador del Año, Cy Young de la Liga Nacional y conquistando su primera Serie Mundial, además de acreditarse una victoria en esta instancia, lanzando las 9 entradas del compromiso.
Símbolo latino
Para la década en la que incursionó con éxito en Las Mayores, Valenzuela fue un ícono del sueño americano para los migrantes lationamericanos y mexicanos residentes en Estados Unidos.
Y la 'Fernandomanía' desatada por él en Dodger Stadium, significó no solo una puerta abierta por él para los latinos en la industria del béisbol, sino que le permitirían ser, hasta el último de sus días, un embajador de la disciplina y de MLB en el mundo entero.