Esta semana, los propietarios de equipos de la MLB se reunirán en Florida para discutir la implementación de un tope salarial, según informó Evan Drellich de The Athletic. Con el vencimiento del convenio colectivo (CBA) programado para la medianoche del 2 de diciembre, la posibilidad de otra huelga parece inminente.
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En los últimos dos años, las calificaciones del beisbol han aumentado significativamente. Un nuevo cierre sería devastador para el deporte. Sin embargo, no todos comparten esta perspectiva. El comisionado Rob Manfred ha sugerido que las huelgas deberían considerarse normales. "De una manera extraña, en realidad es positivo", dijo el mes pasado. "Lo grandioso de las huelgas en la temporada baja es que la presión que existe se aplica entre las partes negociantes".
Habla la MLBPA
Por otro lado, el director ejecutivo de MLBPA, Tony Clark, ha expresado una opinión completamente opuesta: "Los jugadores saben por experiencia que una huelga no es ni rutinaria ni positiva... Es un arma, simple y llanamente, implementada para presionar a los jugadores y sus familias al quitarles la capacidad de trabajar".
La MLBPA ha afirmado que no aceptará un tope salarial. Si los propietarios deciden que es necesario para abordar la disparidad de ingresos entre equipos de mercados pequeños y grandes, podríamos estar ante otro cierre.
Otros temas en discusión
El tope salarial no es el único tema en la agenda. Según Drellich, Manfred quiere cambiar la manera en que la liga maneja la distribución de la televisión y modificar significativamente el reparto de ingresos entre los equipos. Estos son temas políticamente complejos entre los equipos, y un tope salarial podría ayudar a suavizar las diferencias.
La implementación de un tope salarial en la MLB podría tener repercusiones profundas en la estructura económica y competitiva de la liga. Mientras tanto, el conflicto entre los propietarios y la MLBPA sigue escalando, y la posibilidad de otra huelga se cierne como una amenaza real para el futuro del beisbol profesional.
Los aficionados, que han vuelto a apoyar el deporte con fervor, podrían ser los más afectados si no se llega a un acuerdo pronto.