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Desde hace unas cuantas temporadas que las Grandes Ligas ha visto el accionar de un pelotero que, sin demostrar tanto poder, logra hazañas increíbles con el bate. Y es que no hay dudas que Luis Arráez es un verdadero ejemplo de trabajo y disciplina, dos cualidades que lo siguen llevando lejos en este deporte.
Para esta temporada 2024, el venezolano no pudo arrancar con todo con los Marlins de Miami, y tras un intercambio que sorprendió a muchos terminó aterrizando en un nuevo equipo: los Padres de San Diego. Desde entonces, su producción ofensiva no ha parado de aumentar con el tiempo, al punto de llevar a sus compañeros con dirección a la postemporada.
Un actuación de altura con San Diego
El mes de septiembre es decisivo para muchos equipos y peloteros. En el caso de Luis Arráez, se trata de las últimas semanas de acción para mantenerse en lo más alto del apartado de promedio, el cual está muy cerca de conquistar por tercera temporada seguida.
A día de hoy lidera la Liga Nacional con .318 de promedio, una gran ventaja sobre su más cercano perseguidor Marcell Ozuna (.305). Pero llegar hasta ese punto no ha sido fácil para el venezolano.
La Regadera dejó el conjunto de Miami a principios de mayo, y para ese entonces bateaba .299. Sin embargo, las cosas cambiaron positivamente cuando se mudó a San Diego, ya que desde entonces no solo se montó en los .300 en su primer juego, sino que nunca bajó de ese límite. De hecho, su punto más bajo fue de .301 a mediados de mayo.
Previo a la jornada de este miércoles, Luis Arráez batea para .324 en los 103 compromisos que tiene con los Padres. Esto se debe, en gran parte también, a su estupendo inicio de mes, donde ha bateado al menos un hit en cada juego. Incluso, vale resaltar que de los ocho compromisos cinco son multi-hit, sin mencionar que en sus últimos tres ha disparado tres imparables en cada uno.