Luis Arráez, amaneció igualado en el liderato de bateo de la Liga Nacional con Shohei Ohtani ambos con .302. La "Regadera" está luchando por obtener su tercer título de bateo en fila con la particularidad de que los dos anteriores los gano con dos equipos diferentes, en el 2022 con los Mellizos de Minnesota y la temporada anterior con los Marlins de Miami.
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Desde su llegada a las Grandes Ligas en 2019 con la novena de Minnesota, el nativo de San Felipe, acumula 786 imparables, 27 de ellos cuadrangulares, 13 triples y 128 batazos de dos bases. Se ha robado 15 almohadillas, cuanta con un promedio vitalicio de .321, un OBP de .371, SLG de .417 y un OPS de .789.
Para nadie es un secreto que el venezolano cuenta con una gran cantidad de seguidores negativos o los ahora llamados “haters”, que argumentan que el jugador de los Padres de San Diego no dar gran cantidad de jonrones y al embazarse con cuenta con gran velocidad.
Responde en momentos cruciales
Más allá de estos números, a Arráez parece no pegarle la presión y se convierte en un bateador aún más letal en situaciones complejas, que es cuando su equipo lo necesita para empujar una carrera para igualar el marcador, avanzar un corredor o traer a la goma la del triunfo.
Pero el criollo no solamente batea al inicio o al final de un encuentro o cuando no consigue compañeros en las bases, Arráez muestra un astronómico .370 durante su carrera en las Grandes Ligas con corredores en posición anotadora.
La "Regadera" es más que un simple bateador o chocador de bola, es un jugador que nació para estar en los momentos en los que el partido está caliente. Y aunque a muchos no le agrade su béisbol, Arráez seguirá haciendo lo que mejor sabe hacer, dar imparables y responder en la chiquita.