Si bien todavía seguimos en semanas de Spring Training, los Marlins de Miami no paran de sumar muy buenas noticias. Y es que de cara a la temporada 2024 de las Grandes Ligas, el equipo ya está comenzando a ver la versión "regadera" de Luis Arráez, que en sus últimos tres compromisos no ha parado de batear.
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Para nadie es un secreto que el criollo se ha consagrado como el mejor bateador de las Mayores en las últimas dos temporadas, sobre todo por sus actuaciones del año pasado. Además, ganar dos títulos de bateo seguidos, y en ambas ligas, no es algo que se vea todos los años.
Ahora, la misión de Arráez para esta zafra que se aproxima sigue siendo la misma, y no es más que volver a brillar entre los peloteros con mejor promedio al bate. Pero antes de iniciar esa batalla debe agarrar bastante ritmo con su bate, algo que ya está logrando en estos entrenamientos primaverales con el equipo.
Luis Arráez ya no perdona a nadie
El arranque de Spring Training para Luis Arráez fue muy frío. En seis compromisos apenas logró conectar un imparable luego de 16 turnos al bate, además que sumó tres ponches. Dicha situación lo llevó a hacer los ajustes necesarios para abrir su regadera.
Los últimos tres encuentros de los Marlins de Miami han tenido al oriundo de San Felipe como ese bateador peligroso. De nueve visitas al plato ha bateado seis indiscutibles, entre esos un par de dobles. Asimismo, también ha colaborado con una carrera impulsada y dos anotadas, mientras que su cifra de abanicados es de cero.
Justamente, en la jornada de este lunes volvió a duplicar, con la particularidad que los Mets de Nueva York sufrieron con sus batazos por segunda ocasión. Acá se fue de 3-2 con un doble en el primer episodio y un sencillo en el sexto; mientras que en la jornada del pasado 8 de marzo terminó de 3-3 con doble y remolcada.
En medio de esos dos choques contra los neoyorquinos, Arráez tampoco perdonó a los lanzadores de los Cardenales de San Luis. En este encuentro del pasado domingo duplicó en tres visitas al plato, lo que se tradujo en par de rayitas anotadas que de poco sirvieron tras caer derrotados.