Este lunes se celebró en Las Vegas la ceremonia simbólica de inicio de obras para el nuevo estadio de los Atléticos que dará paso a un recinto con capacidad para 33.000 espectadores y techo fijo, planificado para abrir en 2028. La junta de dignatarios incluyó al propietario John Fisher, al comisionado de MLB, Rob Manfred, autoridades del estado de Nevada y directivos locales.
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Como gesto simbólico, directivos del club posaron con palas y realizaron el tradicional “picazo” sobre un campo de beisbol en miniatura preparado para la ocasión, en medio de aplausos y declaraciones del compromiso del equipo con su traslado a la ciudad.
Manos a la obra en Las Vegas
Las labores preliminares, como compactación y movimiento de tierra, se han estado llevando a cabo desde abril, por lo que el acto de este lunes tuvo un carácter simbólico más que práctico. Aun así, marca una transición concreta hacia la materialización del proyecto, con contratistas ya trabajando y las primeras fases de obra en proceso.
El nuevo estadio demandará una inversión total estimada en 1.500 a 1.750 millones de dólares, financiada con fondos públicos y privados: alrededor de 380 millones comprometidos por el estado de Nevada, 1.100 millones aportados por Fisher y su familia, además de un préstamo de construcción de 300 millones. El complejo contará con 30.000 asientos permanentes, áreas para 3.000 espectadores de pie, 81 suites y seis sectores exclusivos, todo bajo techo fijo para reducir la exposición al clima desértico.
El estadio también incluirá un videomarcador de 18.000 pies cuadrados mientras que los permisos municipales contemplan 2.500 estacionamientos dentro del recinto, complementados con estructuras externas.
El recinto deportivo se sumará a la Strip como tercero de primer nivel después del Allegiant Stadium (Raiders) y T-Mobile Arena, marcado por un diseño distintivo y una ubicación estratégica. La obra llevará unos 32 meses y se espera inaugurar durante la Opening Day del 2028.