Juan Soto, reconocido por su disciplina en el plato y su capacidad para generar contacto sólido, ha presentado una disminución notable en la velocidad de sus swings competitivos. Según los datos recientes, el porcentaje de sus swings con una velocidad de al menos 74 MPH ha pasado de 68.1% en 2024 a apenas 46.6% en 2025. Esta caída genera interrogantes sobre su rendimiento y posibles causas detrás de este descenso.
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Factores detrás de la reducción en la velocidad
Existen múltiples factores que podrían explicar esta disminución en la velocidad del bateo de Soto. Uno de los más preocupantes es la posible presencia de lesiones. Cualquier molestia en muñecas, antebrazos o espalda podría limitar su capacidad para generar el mismo nivel de potencia en el swing. Además, cambios en su mecánica de bateo podrían ser otra razón detrás de la variación en la velocidad.
Otro aspecto a considerar es el ajuste de los lanzadores. Con el tiempo, los serpentineros han encontrado formas de neutralizar su agresividad en el plato, evitando lanzarle tantos pitcheos alrededor de la zona de strike, obligándolo a modificar su enfoque. Esto podría haber afectado la fluidez y explosividad de su swing, llevándolo a una menor velocidad de impacto.
Un disminuido bat speed puede reducir su capacidad para generar contacto de calidad, afectando su promedio de bateo y su slugging. Juan Soto es un bateador que depende del poder de su swing para producir extrabases y cuadrangulares, por lo que esta disminución podría afectar su valor como uno de los mejores bateadores de la MLB.
El dominicano se encuentra en el lugar 60 de todo el beisbol en avg. Bat speed, con una velocidad de 73.4 mph, y en el puesto 47 en Fast Swing Rate, que se define como el swing que alcanza una velocidad de 120 km/h, que equivale a más 75 mph, en esta métrica, Soto exhibe un porcentaje de swing rápido de 39.2%. En 2024 fue de 59.2% mientras que en 2023 fue de 48.2%.
Su habilidad para conseguir bases por bolas y su conocimiento de la zona de strike aún lo hacen un bateador de elite. Sin embargo, si esta tendencia en la velocidad de su swing persiste, los equipos rivales podrían encontrar nuevas estrategias para limitar su impacto ofensivo.
