Para quienes somos gustosos de las estadísticas, de los datos muchas veces curiosos que estas pueden ofrecer, es divertido desenvolvernos en estos tiempos de diversas herramientas tecnológicas, plataformas en las que se recopila abundante información numérica.
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Andando en uno de esos recorridos, específicamente en el portal Stathead Baseball, encontramos un detalle de sumo impacto; así lo estimará cualquier apasionado por el mundo de los bates, guantes y pelotas.
Acontece que desde el año 2000 a la fecha, el grupo de lanzadores zurdos con más de 1900 ponches, menos de 3.30 en promedio de carreras limpias permitidas y 10 o más blanqueos en Grandes Ligas, se reduce a apenas dos integrantes, uno de ellos nativo de Venezuela, otro con un claro perfil para el Salón de la Fama.
Esos dos hombres son Johan Santana y Clayton Kershaw.
MLB – Johan Santana – Grandes Ligas – Clayton Kershaw
Para el “Gocho” esas cifras fueron comprendieron 1988 toleteros pasados por la guillotina, 3.20 en efectividad, así como una decena exacta de lechadas. Lo compiló entre Twins de Minnesota y Mets de Nueva York.
Con los gemelos consiguió 1381 abanicados, el 69.46%; del mismo modo, su ERA fue de 3.22 mientras que sumó 4 juegos sin carrera alguna en contra, el 40%. Durante su estadía en los metropolitanos dejó 607 ponches, el 30.53%, 3.18 de efectividad, junto a los 6 restantes blanqueos, el 60%.
Por su parte Kershaw, que recientemente estampó rúbrica para seguir con sus Dodgers de Los Ángeles de siempre, en el lapso lleva 2968 chocolates recetados para ser 3ro entre serpentineros activos, del mismo modo su promedio de carreras limpias permitidas refleja 2.50 y 15 blanqueos, el mejor entre activos.
En el caso de Santana, ver el semejante dominio que tuvo durante su tiempo nos hace analizar, hasta cuestionar el por qué su opción al Salón de la Fama fue descartada tan rápido como durante su primera aparición en las boletas, donde apenas recibió apoyo del 2.4% de los miembros de la Asociación de Escritores de Béisbol de América (BBWAA).
Cierto que su posible entronización nada sencilla era, pero durante un buen lapso de su carrera se posicionó en la élite, siendo probablemente el mejor al menos entre 2004 y 2006. Después de todo, en el pasado uno de los factores que algunos tomaron en cuenta para un nicho en el sacrosanto recinto de Cooperstown, se refirió precisamente a lo especial que fue alguien para su generación, así como sucedió con Johan Alexánder.
