Mucho se ha dicho que el terreno de la postemporada es harina de otro costal, no es nada sencillo y una vez ahí de poco valen tus cosechas de la ronda eliminatoria; lamentablemente este es el caso que atañe a Ronald Acuña Jr., entre abril y septiembre construyó uno de los desempeños ofensivos más fantásticos jamás vistos en Grandes Ligas, pero en la Serie Divisional ante Phillies de Filadelfia no consiguió el modo de descifrar a los serpentineros de estos.
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En la temporada 2023 el jugador franquicia de los Bravos de Atlanta contra los cuáqueros ligó alto promedio de .339 con porcentaje de embasado en .359, slugging de .597, OPS en .956, 21 imparables, 2 dobles, 1 triple, 4 jonrones (su mayor cantidad contra un equipo junto a Marlins de Miami), 7 bases robadas (también su mayor cifra), 10 compañeros llevados a la registradora, 11 pisadas del plato, 2 boletos y ponchó solo 6 veces en 62 turnos legales.
Sin embargo en el careo divisional las cosas resultaron del todo distintas, en el juego 1 se fue de 3-0 con pasaporte y ponche, en el segundo compromiso de 2-0 igualmente con boleto y chocolate engullido, para el choque 3 terminó de 5-2, doble y esos fueron sus únicos imparables porque en el 4to encuentro finalizó de 4-0, teniendo la mala suerte de que una muy buena conexión terminó en el guante del jardinero central Johan Rojas.
De manera global sus estadísticas palidecieron hasta .143 de average, OBP en .294, .214 de slugging, .508 en OPS, sin carreras remolcadas, 3 anotadas y 3 almohadillas estafadas.
Resultó irónico que dos de los principales aspirantes al Premio Jugador Más Valioso (MVP por sus siglas en inglés), el de La Sabana y Mookie Betts tuvieran semejante bajón en esta etapa; de hecho al toletero de los Dodgers de Los Ángeles le fue todavía peor, sin inatrapable alguno para .000 de promedio y apenas 1 boleto para .083 en OBP.