Gabriel Arias durante este inicio de Grandes Ligas 2025 ha experimentado altas y bajas respecto a su producción con el madero; en los primeros siete partidos se fue de 21-7 con doble, cuadrangular, 2 remolcadas, 7 anotadas, 2 bases por bolas, 6 ponches así como promedio en .333, porcentaje de embasado en .400, slugging de .524 y OPS de .924.
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Pero luego vino una racha de 4 juegos donde terminó de 14-0, 1 solo boleto más 6 chocolates engullidos y esto descendió su línea a .200/.275/.314/.589. Aunque un mal momento hasta al más pintado le puede ocurrió, tal vez algo de inquietud hubo en el ámbito de los Guardianes de Cleveland.
Una de las maneras más apropiadas para superar un bache es el juego diario; el nativo de Venezuela se ha mantenido en el esquema diario de su elenco y este viernes sonó de 4-3, vuelacercas, 3 impulsadas más 1 anotación, mientas que este 12 de abril, también ante Reales de Kansas City se fue de 3-2, otro jonrón, 2 compañeros engomados, 1 anotada, 1 boleto y 1 ponche.
De ese modo su línea ofensiva ha subido como la espuma: .286/.340/.524/.864. Si logra mantener la consistencia requerida para orbitar alrededor de esos guarismos, bastante complacidos estarían en el Progressive Field, después de todo para el criollo es su primer año como titular del elenco, donde de paso es quien asumió el puesto de su paisano Andrés Giménez.
MLB – Gabriel Arias – Guardianes de Cleveland – Grandes Ligas
Su historial en Ligas Menores indica que siempre ha sido un buen toletero: .273 de promedio, .328 en porcentaje de embasado, .421 en slugging, .749 de OPS, 559 inatrapables, 104 dobles, 18 triples, 55 jonrones, 258 rayitas empujadas y 278 anotaciones tras 537 partidos, sin embargo, pendiente quedó una mejor relación boletos/ponches: 153/579.
En las Mayores, en ese último también ha mantenido una brecha desbalanceada: 45/194, y la de este año va por 4/13. Ese detalle requiere atención pues por un lado afecta su PEB, por el otro una alta tasa de ponches conllevaría a mayores exigencias en producción de carreras; el equilibrio siempre será lo más apropiado.
Entre las causas de esa frecuencia ponchadora se puede atribuir su tendencia por hacer swings a envíos fuera de la zona de strike. Sobre esto la base de datos de Brooks Baseball señala que se ha ido de 264-27: .102.