El pelotero dominicano Elly De La Cruz continúa demostrando su velocidad y destreza en las bases, al robarse su base número 36 de la temporada durante el enfrentamiento entre los Rojos de Cincinnati y los Piratas de Pittsburgh. Este robo de base no solo le permite a De La Cruz afianzarse en el liderato de este departamento en todas las Grandes Ligas, sino que también destaca su habilidad para influir positivamente en el juego a través de su agresividad en las bases.
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Con cada base robada, Elly De La Cruz demuestra su capacidad para impactar el desarrollo de los juegos y crear oportunidades para su equipo. Su velocidad en el corrido de bases y su astucia para elegir los momentos oportunos para intentar el robo lo han convertido en una amenaza constante para las defensas contrarias, obligándolas a prestarle una atención especial en todo momento.
El robo de base es una herramienta invaluable en el arsenal de un jugador de béisbol, ya que no solo permite avanzar en las almohadillas y acercarse más a anotar carreras, sino que también puede desestabilizar al lanzador rival y generar presión sobre la defensa contraria. En el caso de Elly De La Cruz, su capacidad para robar bases de manera efectiva y consistente lo ha hecho destacar como uno de los mejores en esta faceta del juego en la actualidad.