Billy Bates sólo llegó a la lista de postemporada de los Rojos en 1990 debido a una lesión. Pero él y Cincinnati aprovecharon la décima entrada del Juego 2 de la Serie Mundial para ayudar a obtener la victoria.
NOTAS RELACIONADAS
Puesto como bateador emergente, Bates conectó sencillo y anotó la carrera ganadora. "Todavía no me he dado cuenta de lo que he logrado", dijo Bates después. "Me alegro de haber podido ayudar".
Bates consiguió ese hit clave en la Serie Mundial de hace 35 años después de haber sido traspasado a los Rojos a mitad de temporada y de haber visto solo ocho juegos de temporada regular con el equipo grande.
En total, jugó 22 partidos de Grandes Ligas ese año y siete el año anterior. Esas dos temporadas fueron las únicas en las Grandes Ligas. Ese hit en la Serie Mundial fue su último turno al bate en Grandes Ligas.
Su nombre en la historia
Bates fue llamado por los Rojos en septiembre y también tuvo otras actividades en el campo. Corrió con un guepardo en una promoción para el Zoológico de Cincinnati y ganó. Su gorra se cayó, distrayendo al animal y él se llevó la victoria.
El 28 de septiembre de 1990, antes de que los Rojos enfrentaran a los Padres, el equipo y el Zoológico de Cincinnati organizaron este evento previo al partido. El plan era que la carrera fuera de 100 yardas (91.4 metros), desde la pista de advertencia en el jardín central hasta el plato. El jugador tendría una ventaja de cinco segundos antes de que soltaran al guepardo.
Bates tuvo la ventaja de cinco segundos como estaba planeado antes de que soltasen al guepardo, que siguió su señuelo. Sin embargo, hubo un giro inesperado: la gorra de Bates salió volando cuando el guepardo se acercaba. Distrayéndose, el felino giró brevemente hacia la izquierda para perseguir la gorra antes de retomar su rumbo y eso so fue suficiente para que Bates ganara cómodamente.
“Fue más cómico que emocionante”, recordó recientemente su compañero de equipo Eric Davis.