Los Marlins de Miami vienen de ganar dos de la serie de tres partidos que jugaron a domicilio en el Great American Ball Park, casa de los Rojos de Cincinnati. Para los peloteros del conjunto de la Florida representó una simple algarabía por haber seguido sumando victorias a su registro, sin embargo, para el relevista boricua de 30 años que llegó a la franquicia a mitad de temporada desde los Mellizos de Minnesota, Jorge López, fue algo mucho más especial.
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En la ciudad de Cincinnati hace vida su hijo de 10 años, Mikael López, quien desde que nació ha pasado por situaciones que lo han puesto muy cerca de la muerte. Llegó al mundo con dos enfermedades autoinmunes: la fiebre mediterránea familiar y la enfermedad de Crohn. Pasó gran parte de su niñez en hospitales de Puerto Rico, luego de Miami y, finalmente, arribó al Cincinnati Children's Hospital.
“Él es mi vida. Esa es mi motivación todos los días”; dijo el miembro del bullpen de los Marlins Jorge López.
López llegó a la organización miamense en la fecha límite de cambios luego de estar completando una temporada no tan positiva en términos estadísticos, con 5.13 de efectividad y 1.36 de WHIP en 40.1 entradas de labor.
Por suerte, el estratega del conjunto, Skip Schumaker, tiene su confianza puesta en el puertorriqueño. “Él tiene cosas reales. Vimos algunas cosas que realmente podrían ayudarlo, y veremos qué sucede. Pero la combinación de plomada/deslizador con el cambio es real. Siento que la velocidad realmente puede funcionar, especialmente al final de la temporada, y con suerte llegamos a la postemporada, realmente puede funcionar”; subrayó Schumaker.