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La historia de los playoffs siempre reserva momentos épicos, y anoche, en el corazón de la Serie de Campeonato de la Liga Americana, se escribió uno más. Veinte años después de que David Ortiz inmortalizara su nombre con un jonrón decisivo contra los Yankees, otro David, esta vez Fry, se erigió como el héroe de la noche.
En un juego que parecía escaparse de las manos de los Guardianes, Fry conectó un cuadrangular de dos carreras en el décimo inning, desatando la euforia en Cleveland. El jonrón no solo significó la victoria para los Guardianes, sino que también recortó la desventaja en la serie a 2-1, inyectando nueva vida a sus aspiraciones de avanzar a la Serie Mundial.
La conexión entre los dos David, separados por dos décadas, es innegable. Ambos, con sus jonrones, demostraron la capacidad de un solo swing de cambiar el destino de un juego y, potencialmente, de una serie completa.
Ortiz, en su momento, se convirtió en el símbolo de una remontada histórica para los Medias Rojas, mientras que Fry ahora se suma a la lista de peloteros que han dejado su huella en la rivalidad entre Yankees y Guardianes.
Más allá de la estadística y el resultado, este momento quedará grabado en la memoria de los aficionados al beisbol. La emoción, la tensión y la alegría que se desataron en ambos bandos son un testimonio del poder que tiene este deporte para unir y emocionar a millones de personas.
Los Yankees siguen siendo favoritos para avanzar, pero los Guardianes han demostrado que tienen el talento y la determinación para dar la sorpresa. Con la serie aún lejos de terminar, todo indica que esta postemporada nos regalará más emociones y momentos inolvidables. Y mientras tanto, el nombre de David Fry se suma a la rica historia de los playoffs, un recordatorio de que en el beisbol, cualquier cosa puede suceder.