Luis Arráez tuvo su primer slump en la temporada tras no conectar un hit en tres juegos consecutivos ante los Marineros de Seattle. El venezolano quedó con un promedio de .378 y deberá remontar de nuevo para llegar a la mítica cifra de .400 en la temporada.
Batear .400 en una temporada es uno de los hitos más difíciles en las Grandes Ligas. En los últimos 80 años, el pelotero más cercano de hacerlo fue el Salón de la Fama Tony Gwynn con un promedio de .394.
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Una de las grandes dificultades para el venezolano de llegar a los .400 es el aumento de relevistas en los juegos y la velocidad en los lanzamientos de los pitchers.
El último jugador en promediar .400 mientras jugaba más de 100 juegos en una temporada fue la leyenda de los Medias Rojas de Boston, Ted Williams, quien bateó .406 en 143 juegos en 1941.
La última temporada que un pelotero bateó por encima de .370 fue en 2004 cuando Ichiro Suzuki ganó la corona de bateo de .374 con los Marineros de Seattle. Ningún pelotero ha terminado por encima de .380 en los últimos 20 años.
Arráez detalló en una entrevista para The Guardian que una de sus claves para batear es no buscar los elevados, sino roletazos y líneas, por el cual es apodado “La Regadera”.
“Es natural para mí. Todo el mundo quiere batear jonrones y, quiero decir, yo también quiero batear jonrones. Pero no trato de hacer eso… No es para mí. Los muchachos que intentan hacer eso, golpean muchas bolas elevadas. Yo solo quiero conectar muchos roletazos o líneas”.
Para Arráez quedan más de 90 juegos en la temporada y el venezolano podría ser el primer en 80 años con un promedio de .400, un objetivo que cada año se convierte más difícil de lograr para los bateadores de las Grandes Ligas.