Frederlin Castro | @fr3djcd
Ninguna operación, y mucho menos una que implique a prospectos recién reclutados y extensiones de contrato de una década, puede juzgarse en el momento.
La evaluación de un cambio requiere años para saber si fue bien o fue mal, y normalmente llega mucho después de que sea útil. Mientras tanto, hay días en el que las cosas salen bien y días en los que no, y quieres que los primeros superen a los segundos tanto como sea posible.
El pasado jueves 21 de abril, los Mets se sintieron tan bien con su canje por Francisco Lindor y Carlos Carrasco como lo han hecho desde que lo hicieron, hace más de un año.
Nueva York cerró una impresionante victoria en la serie sobre los Gigantes, 6-2, gracias a Carrasco en el montículo y Lindor en el plato. Los Mets han ganado cada una de sus primeras cuatro series, incluyendo un par de cuatro juegos, y se convirtieron en el primer equipo en llegar a 10 victorias el jueves.
La mayor noticia que surge del jueves, tal vez la mayor noticia que surge de los primeros 14 juegos de la temporada, es el desempeño de Carrasco. La temporada pasada fue poco amable con muchos Mets, pero pocos tuvieron la clase de temporada perdida que tuvo Carrasco. Una lesión en los isquiotibiales pospuso su debut con el equipo hasta los últimos días de julio, e incluso entonces se apresuró a realizar una asignación de rehabilitación, recuperando sus entradas mientras estaba en las grandes ligas. Los resultados no fueron agradables, y una cirugía de codo fuera de temporada aclaró aún más el tipo de dolor que estaba trabajando.