Frederlin Castro / @fr3djcd
Para una campaña de novato, el año 2020 de Jesús Luzardo fue positivo. Comenzó la temporada lanzando desde el bullpen después de que una llegada tardía al entrenamiento de primavera limitara su carga de trabajo, el zurdo terminó 3-2 con una efectividad de 4.12 en 12 juegos de temporada regular (nueve salidas) y se ubicó en el segundo lugar entre los novatos de las Grandes Ligas con 59 ponches en 59 entradas. Números satisfactorios, pero no lo suficiente.
El venezolano de 23 años de edad acepta las presiones de ser llamado el próximo gran as para anclar una rotación de inicio en Oakland, que sólo parecen ser aumentadas en este entrenamiento de primavera, ya que entra como fuerte candidato para lanzar el día de apertura.
“Probablemente lo hemos soltado muy rápido que a nadie desde que estoy aquí”, dijo el mánager de Oakland, Bob Melvin. “La razón es que es un tipo realmente talentoso. Mi expectativa de Jesús es que sea un abridor de la parte alta de la rotación, y eso probablemente comienza este año”.
La salud es lo más importante para cualquier lanzador. Especialmente para Luzardo, que ha tenido problemas con el brazo y el hombro al principio de su carrera profesional. Por eso considera que superar la temporada pasada sin lesiones es un gran logro. Sin embargo, ahora que vuelve a disputar una temporada completa de 162 partidos, el reto es aún más difícil.
Para preparar su cuerpo para el largo plazo, Luzardo pasó el invierno entrenando en Cressey Sports Performance en Jupiter, Florida, en un programa de fuerza y acondicionamiento con un enfoque en la durabilidad.