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De la ofensiva nunca se dudó y fue la que por momentos desapareció, mientras que al interrogante era cómo le iría a los lanzadores, quienes hicieron un trabajo excepcional durante la primera fase de la Serie del Caribe Miami 2024.
Lo más destacable es que la mayoría de los brazos utilizados por Oswaldo Guillén venían con varios días sin ver acción, sin embargo, todos hicieron un extraordinario trabajo, con una sola excepción.
El único pitcher que quedó a deber en esa fase por los representantes criollos fue el importado Thiago Da Silva y esa labor fue justamente en la única derrota de los salados ante los Criollos de Caguas (Puerto Rico). En esa oportunidad, el brasileño lanzó apenas 1.1 innings de labor, saliendo como abridor, donde aceptó tres carreras (dos limpias), cinco incogibles y un sólo abanicado, para cargar con el revés.
No obstante, el resto de los lanzadores respondieron con creces a la confianza de "Ozzie" y los registros lo demuestran.
La mejor efectividad, y por mucho:
El excepcional trabajo de los brazos criollos queda en evidencia con su efectividad colectiva de apenas 2.17, siendo amplios líderes en ese apartado, debido a que ningún otro conjunto ostentó un porcentaje de carreras limpias menos a 3.00.
El más cercano perseguidor en cuanto a ese renglón es la novena de los Criollos, quienes dejaron una efectividad de 3.06 y el podio lo completaron los Tigres del Licey (Dominicana) con su porcentaje de carreras limpias de 3.23.
El resto del orden es: Curazao (3.40), México (3.52), Panamá (3.57) y Nicaragua (6.00). Esto habla muy bien de la superioridad de los brazos criollos en comparación al resto de las novenas y esperan marcar diferencia en ese aspecto en lo que serán las semis y una hipotética final.