No le salen las cosas a los Diablos Rojos del México en la Serie de Campeonato de la Zona Sur en la Liga Mexicana de Beisbol, ante los Guerreros de Oaxaca. Luego de un primer juego en el que el estelar Trevor Bauer fue vapuleado por el bate del venezolano Alexi Amarista, este domingo fue el turno del criollo Erick Leal de subir a la lomita por los Diablos, pero su suerte no fue muy distinta.
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A pesar de cuajar una actuación con números bastante decentes, lo cierto es que los Diablos Rojos del México volvieron a ser castigados por la inclemente ofensiva de los Guerreros de Oaxaca, quienes le cargaron al criollo su primera derrota de esta serie para irse a Oaxaca con ventaja de 2-0.
Ciertamente el resultado es bastante claro, y los Diablos terminaron siendo derrotados nuevamente, sin embargo, no se puede decir que la actuación de Erick Leal fue negativa, especialmente cuando un batazo fue lo que cambió todo el panorama.
El batazo de la discordia para Erick Leal
Con la responsabilidad de tener una actuación buena para darle la victoria a los suyos e igualar la serie, Erick Leal saltó a la lomita y retiró por la vía rápida el primer inning ofensivo de los Guerreros de Oaxaca, lo que parecía encaminar su actuación por el lado correcto.
Pero el buen inicio se truncó rápidamente. El abridor venezolano permitió dos sencillos en el segundo episodio y luego, con dos outs en la pizarra, concedió un boleto que le llenó las bases. El turno gigante le cayó al noveno bate y receptor de los Guerreros, Ricardo Valenzuela, quien contra todo pronóstico pescó una recta veloz de Leal para depositarla en las gradas del jardín izquierdo. Un grand slam tremendo que fue un baldazo de agua fría para el serpentinero valenciano.
A pesar de todo, Erick Leal mantuvo la compostura y logró una actuación aceptable. Los tres hits que recibió en la segunda entrada fueron los únicos que recibió en todo el encuentro, por lo que culminó con 5.0 entradas de labor de tres imparables, cuatro carreras limpias y siete abanicados. Eso sí, cargó con la derrota y la situación de los Diablos Rojos del México se puso color de hormiga.