Para el All-Star Game a partir de 2026 la NBA tiene previsto realizar un enfrentamiento directo entre los mejores jugadores nacidos en Estados Unidos y las estrellas internacionales de la liga. Esta propuesta busca revitalizar el evento, apelando a un sentido de rivalidad global y aumentando el nivel de competencia y emoción para los aficionados de todo el mundo.
Adiós al mini-torneo, hola al choque de naciones
El comisionado de la NBA, Adam Silver, ha manifestado su interés en explorar formatos que permitan a los jugadores representar a sus países o regiones de origen, inspirándose en el éxito y la pasión que generan eventos como los Juegos Olímpicos. La idea central es inyectar nueva vida al All-Star Game, transformándolo en un duelo de orgullo nacional que conecte de manera más profunda con las audiencias a nivel global.
Si bien Byron Spruell, presidente de operaciones de la NBA, aclaró que la idea no es necesariamente un único partido de Estados Unidos contra el resto del mundo, la dirección apunta hacia equipos definidos por origen geográfico. Esto podría traducirse en enfrentamientos entre jugadores americanos y un combinado de estrellas internacionales, o incluso divisiones por continentes o regiones específicas.
El talento internacional como protagonista
La NBA se ha convertido en una liga cada vez más internacional. Aunque la mayoría de sus jugadores son estadounidenses (aproximadamente el 70%), la presencia de superestrellas nacidas fuera de Estados Unidos es innegable. Nombres como Nikola Jokić (Serbia), Luka Dončić (Eslovenia), Giannis Antetokounmpo (Grecia) y la joven promesa Victor Wembanyama (Francia) son claros ejemplos del impacto del talento global en la liga.
De hecho, desde la temporada 2017-2018, el premio al Jugador Más Valioso (MVP) ha sido consistentemente ganado por jugadores no estadounidenses, con la excepción de Joel Embiid (nacido en Camerún pero con pasaporte estadounidense). Esta estadística subraya el dominio del talento internacional en la NBA actual.
El sentir de los jugadores y los desafíos por delante
Algunos jugadores han expresado su entusiasmo ante la posibilidad de un All-Star Game con un formato USA contra el mundo. Alperen Şengün, pívot turco de los Houston Rockets, manifestó su apoyo a esta idea, señalando que podría aumentar el orgullo y la motivación de los jugadores al representar a sus naciones.
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Sin embargo, la implementación de este nuevo formato presenta desafíos. Uno de los principales es el sistema de votación popular para la selección de los jugadores del All-Star. En la edición de 2025, solo cinco jugadores no estadounidenses fueron seleccionados. Si la representación internacional en futuras votaciones sigue siendo baja, podría dificultar la creación de un equipo competitivo para enfrentarse a las estrellas de Estados Unidos.
A pesar de estos obstáculos, la NBA continúa explorando vías para expandir su influencia a nivel global, manteniendo conversaciones con FIBA y otras organizaciones clave en Europa. Estas discusiones podrían incluso desembocar en la creación de una liga operada por la NBA en el continente europeo, reflejando el firme compromiso de la liga con la globalización del baloncesto.