En un movimiento que pudo haber cambiado el rumbo de la NBA, se ha revelado que los Golden State Warriors estuvieron explorando la posibilidad de construir un "Big 3" legendario compuesto por LeBron James, Stephen Curry y Kevin Durant.
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El equipo, conocido por su audacia en la planificación de su plantilla, habría intentado adquirir a LeBron y Durant en la fecha límite de traspasos de esta temporada. De haberse concretado, este ambicioso plan habría marcado un antes y un después en la historia de la liga.
El plan detrás del movimiento
Los Golden State Warriors no son ajenos a la grandeza. Con un legado que incluye múltiples campeonatos en la última década, el equipo ha demostrado su capacidad para atraer a los mejores talentos de la NBA. La idea de reunir a tres de los jugadores más icónicos y dominantes de la era moderna es una prueba de ello.
LeBron James, ampliamente considerado uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, habría aportado su liderazgo, inteligencia en la cancha y versatilidad inigualable. Por otro lado, Kevin Durant, quien ya formó parte de los Warriors entre 2016 y 2019, es reconocido por su capacidad anotadora élite y su experiencia en situaciones de alta presión.
Junto a Steph Curry, el mejor tirador de la historia del baloncesto y el corazón del equipo, este trío hubiera representado una combinación de talento ofensivo y mentalidad ganadora sin precedentes.
Un sueño que no se concretó
A pesar de los esfuerzos de los Warriors, las complejidades de la negociación y las limitaciones salariales de la NBA habrían dificultado la posibilidad de cerrar estos traspasos. Adquirir tanto a LeBron James como a Kevin Durant habría requerido movimientos significativos, incluyendo la salida de jugadores clave y un ajuste drástico en la estructura económica del equipo.
Además, las respectivas franquicias de ambos jugadores, los Lakers y los Suns, habrían tenido que estar dispuestas a desprenderse de dos de las mayores estrellas de la liga. Según fuentes cercanas, aunque hubo conversaciones preliminares, nunca se alcanzó un acuerdo que satisfaciera a todas las partes involucradas.
Si este movimiento se hubiera materializado, las implicaciones para la NBA habrían sido enormes. Un equipo con LeBron, Steph y Durant habría creado una alineación de ensueño que posiblemente dominaría la liga de manera indiscutible. La capacidad de estos tres jugadores para alterar el curso de un partido con su talento individual y su experiencia colectiva habría resultado en una combinación prácticamente imbatible.