Nikola Jokic es el mejor jugador que ha tenido la NBA en el último lustro, con tres premios de MVP desde 2021. El serbio es un pívot bastante atípico, pues pese a sus 2.13 metros de estatura, la estrella de Denver Nuggets se caracteriza por su visión de juego antes que por su capacidad atlética.
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Lo que llevó al balcánico a obtener su tercer reconocimiento de Jugador Más Valioso fue precisamente el dominio que exhibía desde la pintura y su habilidad para habilitar a sus compañeros desde el juego interno. Un ejemplo claro de ello son sus 9.0 asistencias de promedio, cifra que acompañó con 26.4 puntos y 12.4 rebotes.
Nikola Jokic tuvo una primera mitad inspirada con Denver Nuggets ante Minnesota
Era el momento de demostrar su valía para revalidad el título conseguido por Denver Nuggets ante otro favorito a obtener el anillo, como Minnesota Timberwolves. Después de obtener la conquista en el juego tres con una extraordinaria actuación de Nikola Jokic, ahora tocaba igualar la serie y volver a casa con grandes opciones de clasificar a la siguiente instancia.
En el primer tiempo del cuarto juego, el serbio brilló, con 19 puntos, seis rebotes y cuatro asistencias. Cifras que permitieron consolidar una sólida ventaja de al visita, con 15 tantos de margen (64-49). Pero lo más sorprendente se dio cuando faltaban unos tres minutos para el descanso.
Ahí Nikola Jokic encaró al canasto desde la línea de libres. Pese a que siempre se ha decidido por depositar el canasto con delicadeza o por tablero, el europeo decidió ir con más fuerza y plasmó una potente clavada ante la presencia de Anthony Edwards, que estaba debajo del aro.