Samuel Aldrey /@SamuelAldrey
Stephen Curry (Ohio, 1988) siempre con una sonrisa pícara en su rostro se planta desde 6.75 metros de su objetivo, desde ahí toma vuelo y su muñeca comienza a hacer magia. Eso es lo que hizo contra Boston Celtics.
Curry, que desde el martes es el triplista con más canastas en la historia de la NBA, liquidó el partido con un lanzamiento digno para la hemeroteca: a una pierna se alzó por encima de todos y lanzó un balón teledirigido a la canasta que colocó a Golden State Warriors cinco puntos por encima de su rival. En el reloj quedaban 39 segundos y aquella jugada ya finiquitaba el encuentro, el Baby-Faced Assasin (el asesino con cara de bebé), así le apodan al base, registra otra víctima esta temporada.
El base acabó el duelo con 30 puntos, pero sumó cinco triples que elevaron su cuenta personal de la temporada a 150 en sus primeros 28 partidos de la NBA. Nadie había llegado a esa cantidad de triples en tan pocos enfrentamientos. Sin dudas, tiene una muñeca embrujada.
Curry, un embrujo creado a base de esfuerzo y sudor
El base de los Golden State Warriors, de 33 años, ha transformado su liviano cuerpo de 1.88 metros y 83 kilos, en la base de una catapulta con una afinadísima muñeca que la ha permitido enviar a un aro, con un diámetro de 47.5 centímetros, una pelota con una constancia que hace parecer aquella gesta algo rutinario.
Ahí que parezca casi como si tuviera un embrujo, porque meter 2.982 triples no está al alcance de la mayoría de los mortales.
Steve Kerr, el entrenador de Curry desde 2014, ha moldeado su estilo en base a lo que Curry le da en cancha y describe cómo varió su enfoque sobre si un triple está bien o mal tirado.
"Hay una imagen en la que se me ve con las manos en la cabeza después del tiro increíble que hizo en un partido contra los Clippers, donde dribló a cuatro rivales y lanzó después de girar sobre sí mismo. Ahí me di cuenta de que debía olvidar todo lo que había aprendido sobre lo que es un buen tiro y lo que es un mal tiro", relata y añade "con Steph las viejas reglas no cuentan. Tienes que establecer un nuevo estándar en tu propia mente sobre lo que es un buen tiro y lo que es un mal tiro".
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Algo de esto debe saber Kerr que en su juventud como jugador, desde 1988 hasta 2003, marcó un porcentaje de efectividad del 45.4% en triples, un porcentaje que sigue siendo la mejor en una lista en la que Curry es el séptimo, con el 43,1%.
En búsqueda de la perfección
Un porcentaje que no se llega solo con talento. "Nunca me preocupo sobre mi tiro, nunca", dijo Curry en una entrevista a la NBA. El reportero, Mark Medina, le preguntó: "¿Por qué?" y Stephen le respondió "Esa confianza la tengo por el trabajo que hago todos los días. Sé que el próximo tiro irá dentro", puntualizó.
Toda esta confianza proviene de su trabajo con Brandon Payne que detalló para NBA.com cómo le prepara los entrenamientos a Curry.
El preparador se apoya en la ciencia y en la telemetría para ajustar cada sesión de Stephen. Brandon incluso bromeó en la entrevista: "Tengo que decirle al mejor tirador de todos los tiempos que aún no es lo suficientemente bueno" y Curry en cada sesión se deja la vida: "Es un desafío mental intentar ser lo más perfecto posible".
Allí está la magia de Stephen Curry y el embrujo de su muñeca: trabajo duro, ciencia y sentirse que aún puede mejorar. El mejor triplista de siempre compite contra sí mismo y contra los Bolton Celtics registra otro récord.