El pasado domingo 14 de julio, Gladiadores de Anzoátegui y Trotamundos de Carabobo finalizaron la ronda regular de la Superliga Profesional de Baloncesto (SPB) en un colmado Gimnasio Luis Ramos de Puerto La Cruz.
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Era un encuentro anecdótico, pues había poco en juego, dado que el resultado no afectaría la ubicación de cada uno en la tabla de posiciones. No obstante, tampoco era el momento de regalar algo, aunque Trotamundos decidió viajar a suelo oriental con varios de sus jóvenes para darle oportunidad de poder probarse al más alto nivel dentro del circuito rentado nacional.
Uno de ellos fue Víctor Castillo, quien apenas cumplió 17 años de edad en enero y se convirtió en uno de los protagonistas de la tarde al anotar un triple al poco tiempo de pisar el emblemático tabloncillo del Luis Ramos.
Tras convertir aquella canasta se desató un júblico espontáneo que se tradujo en aplausos de parte de los aproximadamente 4000 espectadores presentes. Además de jugadores rivales como Gregory Vargas, quien fue directamente a felicitarlo por sumar sus primeros puntos en la SPB.
"Mi experiencia se la deseo a todos. La verdad fue increíble, como el público me apoyó cuando hice el triple. Se sintió único. Entré a la cancha un poco nervioso pero después de la primera defensa se me quitaron esos nervios porque empecé a sudar. Pero cuando la lancé vi que Michael Carrera me dejó espacio y como siempre lo he entrenado, si me dan espacio tomaré el tiro", contó Castillo.
Castillo logró conocer a varios de sus ídolos
Una historia que comenzó en la Escuela Rostyn González y Paco Ceballos, gracias a una tía que lo invitó a un plan vacacional que se realizaba todos los años allí. Así fue como, luego de su primera práctica quedó enamorado de ese deporte y descubrió que lo suyo era ser jugador de baloncesto. De ahí fue invitado a formar parte de Trotamundos de Carabobo, organización de la cual es fanático y donde militan varios de sus ídolos.
"A Trotamundos de Carabobo llegué gracias al presidente de la Asociación de Carabobo, que me dijo que vaya a las prácticas de Trotamundos que se hacen en el Fórum de Valencia. Yo con un poco de nervios fui y mi primera impresión fue ver a Néstor Colmenares, que yo me decía que había pasado de estar en la Rostyn hasta aquí. Era algo muy importante esa evolución. Luego llegó David Cubillán, que es mi mayor ídolo desde que tengo uso de razón y verlos a ellos entrenar todos los días me parece único. Soy como una esponja. Trato de absorber todo", comentó.
Pero ya Víctor Castillo dio el primer paso. Ahora quedará saber cuáles serán sus próximos pasos, de cara a asentarse en la SPB y el baloncesto profesional en general. No es habitual ver a un joven de su edad formar parte de un conjunto con tanto historia como Trotamundos.
"Tengo muchas expectativas para el futuro. Debo trabajar en mi físico. Esa es una de las cosas más importantes para ser mejor jugador, así como trabajar más en mi tiro, en mis pases y en mi visión de juego", dijo este piloto de 1.80, oriundo de Valencia.