Previo a lo que fue un exitoso desembarco en la NBA, donde ganó par de anillos de campeón con Houston Rockets, Carl Herrera jugó en la Liga Endesa ACB de España con el emblemático uniforme de Real Madrid, equipo que lo contrató para que sea uno de sus importados en la temporada 1990-91.
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En aquella campaña, el pívot venezolano de por aquel entonces 24 años de edad, participó en 30 juegos de la ronda regular, en los que promedió casi doble-doble al registar 13.2 y 7.4 rebotes, con 1.4 asistencias y 0.8 bloqueos en 29.5 minutos de acción. Durante ese lapso, se midió en par de ocasiones al clásico rival de Real Madrid, es decir, el FC Barcelona, en par de ocasiones, en las que se saldó con un triunfo y un revés.
La primera vez que Carl Herrera se midió al cuadro catalán fue el 21 de octubre de 1990, en Barcelona. Allí, los locales se impusieron en un partido cerrado, que finalizó con marcador de 70-66.
El referente de La Vinotinto, que pocos meses antes había jugado el Mundial de Argentina, rozó la doble decena, con 10 unidades y ocho capturas en 32 minutos. Además, lanzó para 40% en dobles y 66% en triples (2-3). No obstante, del otro lado estaba el boricua José "Piculín" Ortiz, el cual acabó ese cotejo con 21 puntos y siete rebotes para consagrarse como la figura de la jornada.
Carl Herrera salió airoso de un Clásico de la Liga Endesa ACB
Pero habría revancha para Real Madrid y Carl Herrera. Esta se dio el 20 de enero de 1991 y nuevamente el partido se tornó cerrado, con pocas anotaciones, aunque en esa tónica, el venezolano finalizó con 12 contables, cinco rebotes y par de tapones en 23 minutos, con 41% de acierto (5-12). Mientras, del otro lado, Ortiz vio como bajó su producción, al quedarse en 15 tantos, con una eficacia de 42.9% (6-14).
Al final, Real Madrid avanzó a los Playoffs, donde Carl Herrera participó en cuatro compromisos más, con destacados rendimientos, como el mostrado frente a Unicaja Malaga, al cual le hizo 14 puntos, con igual cantidad de rebotes, además de cuatro asistencias y cinco tapones en 39 minutos. Sin duda una de sus mejores actuaciones en la Liga ACB.
Aquello fue el preludio de lo que se vería más tarde en la NBA, con el venezolano como una de las piezas de recambio claves en el éxito de Houston Rockets a mediados de la década de los 90.