Frederlin Castro | @fr3djcd
Los Milwaukee Bucks se proclamaron campeones bastante rápido tras su creación. El equipo se fundó en 1968, ganó la puja contra los Phoenix Suns por el derecho a draftear a Lew Alcindor un año más tarde, y en 1971 conquistaron el primer campeonato de la franquicia. Con su gran estrella, Milwaukee parecía que iba a seguir añadiendo anillos a su colección durante años. Pero no fue así.
Alcindor, que para entonces había cambiado su nombre por el de Kareem Abdul-Jabbar, pidió ser traspasado y finalmente aterrizó en Los Ángeles Lakers. Marques Johnson y Sidney Moncrief se quedaron cortos. Ray Allen y Sam Cassell se quedaron cortos. Los Bucks tuvieron la elección número 1 tres veces más después de conseguir a Alcindor, pero dejaron pasar a Bernard King en 1977, a Jason Kidd en 1994 y a Chris Paul en 2005. Su selección en 2013 de un joven alero de Grecia parecía una idea tardía para un equipo que nunca pudo superar la joroba.
Pero ese joven alero sin pretensiones se convirtió en un MVP. Giannis Antetokounmpo fue tan dominante que los aficionados comenzaron a preocuparse de que, como Abdul-Jabbar antes que él, buscara pastos más verdes. Pero antes de la temporada 2020-21, Antetokounmpo firmó una extensión de cinco años con los Bucks que significaba un compromiso. No solo quería ganar el campeonato. Quería ganarlo en Milwaukee.
Un gigante verde
Ese sueño se hizo realidad el martes, cuando los Bucks ganaron su primer campeonato en 50 años, ya que el Greek Freak hizo historia con 50 puntos en la victoria del sexto partido por 105-98, posiblemente una de las actuaciones más históricas que hemos visto en un partido decisivo. Derrotaron a ese mismo equipo de los Suns con el que cambiaron a Alcindor décadas antes gracias a otra gran actuación de Antetokounmpo. El hecho de que consiguiera ganar el título ante su afición en Milwaukee fue la guinda del pastel para un jugador que se ha convertido en sinónimo de la ciudad en la que juega.
Antetokounmpo creció en la pobreza en Grecia, y su aclimatación a los Estados Unidos quedó patente después de ser reclutado inicialmente por los Bucks. Con entusiasmo, tuiteó que había probado los batidos por primera vez. Intentó correr hasta el estadio para ver un partido después de darse cuenta de que había enviado todo su dinero -incluido el precio del taxi- a su familia en Grecia, sólo para que un par de fans le llevaran. Esas experiencias le ayudaron a formarse como jugador, y cuando volvió a firmar con los Bucks en diciembre, dejó claro que no quería jugar en ningún otro sitio. "Este es el lugar donde quiero estar", dijo Antetokounmpo. "Esta es mi casa. Esta es mi ciudad, quiero representar a Milwaukee".
Y eso es lo que ha hecho, no sólo al ganar el campeonato, sino en ocho temporadas completas con los Bucks. En un panorama de la NBA típicamente dominado por los superequipos, Antetokounmpo ganó su primer título sin cambiar de código postal. Con sólo 26 años, tendrá muchas oportunidades de aumentar su colección de joyas, pero otros tantos rivales que buscan destronarlo. Quizá sigan su ejemplo e intenten hacerlo en un solo lugar.
Esa sería una nota a pie de página apropiada para uno de los campeones menos probables de la historia. La llegada de Antetokounmpo a esta etapa parece casi inevitable en comparación con algunos de sus compañeros de equipo. Khris Middleton fue una selección de segunda ronda incluida como edulcorante en el intercambio de Brandon Knight y Brandon Jennings en 2013. P.J. Tucker no fue reclutado y tuvo que convertirse en un MVP israelí, un All-Star ucraniano y un campeón alemán antes de poder dejar su huella en la NBA. Brook López firmó en Milwaukee por centavos de dólar cuando el mercado no le daba otras oportunidades. Pat Connaughton podría fácilmente estar jugando al beisbol profesional ahora mismo.
Es un grupo de jugadores que mereció la pena la espera de 50 años, y que no se repetirá pronto en el mercado mercenario de la NBA moderna. Después de todo, Milwaukee tardó menos de cinco años en ganar su primer título, pero cinco décadas en conseguir el segundo. Equipos como éste son raros, y éste será atesorado en Milwaukee para siempre. Por primera vez desde 1971, los Bucks son campeones de la NBA.