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Tenis

"King Richard": ¡Un fuera de serie!

Por Meridiano

Martes, 14 de junio de 2022 a las 03:32 pm

Luis Eloy Anez / @luiseloy4sports 

Tuvo una visión y no descanso hasta lograr lo que ninguno ha alcanzado. Traspaso los limites de un sistema y deporte adverso a sus raíces.  Richard , “King”,  Williams (80), un descendiente  afroamericano, antes del nacimiento de sus icónicas hijas Venus (41) y Serena Williams (40), ya visualizaba -y planeaba- el exitoso futuro de sus retoños. Supo librar una dura batalla contra el racismo y el coraje de enfrentar a los depredadores de sueños. Condujo, como todo un Rey y mente intuitiva, el control absoluto de sus vidas para desarrollarlas y coronarlas en el deporte blanco. Entre ambas cosecharon: 30 Grand Slams en singles, 14 Grand Slams en dobles, 5 Grand Slams en mixtos y 5 medallas de Oro Olímpicas.

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Contra todo pronostico, y lo que para muchos era las fantasías de un excéntrico, de un fanfarrón, la historia le dio la razón. Esta inspiradora película, sobre la vida del padre de las afamadas tenistas Williams, nos toca la fibra a los padres y formadores de atletas, generando un sinfín de preguntas y reflexiones sobre su visión, estrategias y sacrificios, que tuvo que afrontar, para convertirlas en campeonas. Un éxito que reafirma que nada tuvo que ver con la suerte. 

¿Que aspectos y mensaje contiene el “Método Williams”  y su historia, que nos sirva para el acompañamiento y desarrollo de nuestros hijos deportistas? ¿qué rasgos como padre, coach, mentor y hasta como empresario, podemos resaltar y aprender de  King Richard?...

Carácter. ¡A prueba de balas!.  Relata Richard, en su libro “Black and White. The way i see it” – “Negro y Blanco. La manera en que yo lo veo (2014)-, que estaba convencido que el “Gueto forjaba la grandeza”. Eligió vivir en Compton –en las afueras de Los Ángeles, California- uno de los suburbios mas peligrosos de los Estados Unidos, justamente para que las chicas se acostumbraran a combatir. Vivir y entrenar, entre bandas de pandilleros y  droga, las harían forjar un carácter de acero – a prueba de balas- y valerse ante cualquier circunstancias. Su razonamiento, poco ortodoxo, era que: “si aprendían a jugar entre montones de bandas criminales, iba a ser mas fácil jugar delante de montones de blancos”. Esta vida le dio resultados, pero a su vez cicatrices y un duelo imborrable. Su resistencia ante la adversidad fue admirable.

Mente ambiciosa y preparada: Desde muy temprana edad, les hablaba de cosas grandes, que pensaran que iban a ser un orgullo Americano. Mientras las paseaba por las mansiones de Beverly Hills, les reforzaba mensajes positivos de sugestión y a creer en ellas. “Cosas buenas vienen para ti”, “vas a ser millonaria”. En la cancha colgaba un cartel que decía: “If you fail to have a plan, you plan to fail” – “Si fallas en tener un plan, tu plan es fallar”-. Su trabajo era hacerlas campeonas y para ello la educación también estaba entre sus prioridades.  Les inculco el habito de la lectura, que aprendieran varios idiomas. Asimismo, los valores de compromiso, confianza y coraje, se arraigaron en el seno de la familia Williams. Estas tres virtudes marcaron sus vidas  y unidos por la fe, porque todos son testigos de Jehová y profundos creyentes.   

Camino a la cima: La historia de las hermanas Williams, nos demuestra, que no es suficiente el talento, la genética y el mérito individual, para alcanzar la cima.  Richard,  contó con Oracene Price (su ex esposa y madre de las niñas), especialmente durante los inicios de su carrera, cumpliendo una doble función de mamá y entrenadora. Entre ambos, construyeron unas  solidas bases de autoestima y valores. Por otro lado, la sociedad también jugó un papel muy importante. Lograron tener acceso a las mejores ligas, los entrenadores mas expertos, más horas de entrenamiento, becas deportivas, patrocinios y todo un sistema / cultura que hace que puedan llegar a ser profesionales. 

Muchas horas de practica. Desde muy pequeñas  entrenaban duro, día y noche, bajo el sol sofocante o lluvia incesante. Justificaba su disciplina férrea, por el propósito de alejarlas de las calles de Compton. El reconocido sociólogo y escritor canadiense, Malcolm Gladwell, autor del éxito de ventas “Los fuera de Serie” (2008), en su teoría de las 10.000 horas necesarias, dedicadas en un área, para alcanzar la excelencia, destaca: “ La práctica no es lo que uno hace cuando es bueno, es lo que uno hace para volverse bueno”. No  basta con el talento también es necesario ponerle horas, muchas horas. 

Esta teoría también nos da esperanzas de que cuando no somos lo suficiente buenos para algo o los niños que han nacido en una familia de bajos recursos, puede compensar esta desventaja con trabajo duro y horas extras. 

Lecciones empresariales del Rey. Escribió un plan de 78 paginas antes de que nacieran. Desconocemos su contenido, pero sin duda fue evidencia de que, como estructuró su programa/plan de ventas, llamémoslo “Método Williams”, contribuyó al éxito. Dejó muy pocas cosas al azar. Con su mente intuitiva y carácter perseverante, hizo un trabajo excepcional al enfocar su mercado, mensaje y esfuerzos. 

Buscaba en el mercado a sus entrenadores de tenis, con antecedentes comprobados. Preparaba su Pitch de ventas –discurso breve y asertivo para convencer a un posible cliente-. Supo, que decir a quien, cuando decirlo, y como decirlo, para que tuviese un máximo efecto. ¿Su mensaje? Directo y simple: Venus y Serena serían las dos mejores tenistas de la historia. Y su esfuerzo estaba enteramente dedicado a la misión de cumplir el plan. Cuando finalmente consiguió el tiempo y la atención de un gran entrenador, el entrenador quedó impresionado por la habilidad de las niñas. Ese sí, ayudó a cambiar la trayectoria de las vidas de Venus y Serena, y de todo el clan Williams. 

Su legado, su huella. Esta historia ha inspirado también a otros padres multiétnicos y afroamericanos de tenistas destacadas y seguramente a muchos deportistas mas. Entre ellos, a los progenitores de:  Naomi Osaka (24) –ex numero 1 del mundo, actualmente la #43-  y a Coco Guaf (18) –actual # 13 del mundo y recién finalista del Roland Garros-. Ambos han reconocido públicamente esa inspiración. ¡Que grande Richard!.

Pasando a otra dimensión, la vida de las hermanas Williams no se ha centrado únicamente en el tenis. Según  Forbes – prestigiosa revista americana  especializada en el mundo de los negocios y las finanzas-, Serena ha hecho un trabajo de emprendimiento extraordinario. En adición a los 94 millones de dólares, recaudados en premios –la atleta mujer con mayores ingresos en premios ganados en el mundo-, y muchos más en derechos de imagen, desarrolló su propia marca de ropa –Serena- y otras líneas en colaboración con Nike.  Fundó una empresa de capital de riesgo, llamada Serena Ventures,  en la que ha recaudado un fondo inaugural de 111 millones de dólares y a la fecha tiene inversiones en más de 60 Startups -empresas emergentes-. Y como si le sobrara tiempo, esta  escribiendo su primer libro para niños, previsto publicarse para el mes de septiembre 2022. Todos esos emprendimientos llevan tatuados el ADN – KR (King Richard).

“Y el Oscar a la mejor historia es paraa…”. Esta película es un acercamiento único, reflexivo y apasionante, a una hazaña imposible no aplaudir. Una  historia que merece otorgarle una estatuilla del Oscar a todos los actores que la hicieron posible: 1) al equipo parental que conformaron Richard y Oracene, siempre presentes, en las tormentas y en la calma, animándolas a seguir. 2) a la pista de despegue que significaron las personas -entrenadores y equipo multidisciplinario- e instituciones que las acompañaron e impulsaron en su camino al éxito. 3) a una sociedad, con recursos materiales y humanos, que promueve la excelencia, en todas sus facetas, minando su  trayectoria a la cumbre profesional. 

Ahora, les pregunto: ¿Podemos como padres / formadores de atletas, replicar este “Método” o parte de el? ¿Tenemos un plan? ¿Estamos en el lugar y la sociedad indicada para su desarrollo? ¿De quien es el sueño? ¿Estamos conscientes, por tantos casos conocidos, de evitar convertir el éxito deportivo en una obsesión castradora de nuestros hijos?  Al final, pareciera que lo importante es su sueño, el camino y no la meta. El desafío, sí es  tener a un hijo, atleta o no, sano, mental y físico, feliz, persona de bien y persiguiendo su pasión. 

 

 

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