La reciente derrota de Saúl 'Canelo' Álvarez frente a Terence Crawford dejó un dato que sacudió al mundo deportivo: el mexicano, pese a caer en el ring, se marchó con una bolsa estimada en 150 millones de dólares.
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Sin embargo, la atención pronto se desvió hacia otra figura, invisible en la pelea pero decisiva en todo el espectáculo, siendo esta la de Turki Alalshikh, el empresario saudí que ha transformado el boxeo mundial.
¿Quién es Alalshikh?
Nacido en Riyad, Arabia Saudita, bajo el nombre de Turki bin Abdulmohsen bin Abdul Latif Al-Sheikh el 4 de agosto de 1981, es asesor en la Corte Real de Arabia Saudita y presidente de la Autoridad General de Entretenimiento.
Esto hace que se sea uno de los principales promotores de boxeo en el mundo. Del mismo modo, cuenta con una fortuna mayor a los 2800 millones de dólares y es dueño del equipo español de fútbol UD Almería, de Segunda División.
Arabia Saudita, la nueva Meca del boxeo
Alalshikh ha pasado en pocos años de ser casi un desconocido a convertirse en el gran organizador de los combates más mediáticos. Bajo su gestión, Arabia Saudita ha desplazado a Las Vegas como epicentro de las veladas millonarias.
No solo estuvo detrás del histórico Álvarez vs Crawford, sino también de carteleras con nombres como Tyson Fury, Oleksandr Usyk y Anthony Joshua, generando audiencias globales y contratos que mueven cifras astronómicas.
¿Cuánto ganó Alalshikh con la pelea?
Mientras Canelo asumía la derrota, Turki celebraba un triunfo mayor: la consolidación de Arabia Saudita como el nuevo escenario central del boxeo. Aunque las ganancias exactas del organizador son un misterio, se calcula que entre entradas, derechos de televisión, patrocinios y convenios exclusivos, los ingresos alcanzan los miles de millones de dólares.
La escena refleja un cambio de era. Lo que antes pertenecía al brillo de Las Vegas ahora se escribe con sello árabe, impulsado por inversión, visión y estrategia. Canelo perdió la pelea, pero Turki se confirmó como el gran vencedor en la sombra, recordando que en el deporte, como en la vida, no siempre gana quien golpea más fuerte, sino quien sabe mover las piezas correctas.