John Madden, el entrenador del Salón de la Fama convertido en locutor, cuyas exuberantes llamadas combinadas con explicaciones sencillas proporcionaron una banda sonora semanal a los partidos de la NFL durante tres décadas, murió este martes por la mañana, dijo la NFL. Tenía 85 años.
La liga dijo que falleció inesperadamente y no detalló la causa.
Madden se hizo famoso durante una década como entrenador de los renegados Raiders de Oakland, llegando a siete partidos por el título de la AFC y ganando la Super Bowl tras la temporada de 1976. Consiguió un récord de 103-32-7 en la temporada regular, y su porcentaje de victorias de 0,759 es el mejor entre los entrenadores de la NFL con más de 100 partidos.
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Pero fue su trabajo después de retirarse prematuramente como entrenador a la edad de 42 años lo que hizo que Madden se convirtiera en un nombre muy conocido. Educó a una nación futbolística con su uso del televisor en las transmisiones; entretuvo a millones de personas con sus interjecciones de "¡Boom!" y "¡Doink!" a lo largo de los partidos; fue un omnipresente vendedor de restaurantes, ferreterías y cerveza; se convirtió en el rostro de "Madden NFL Football", uno de los videojuegos deportivos más exitosos de todos los tiempos; y fue un autor de best-sellers.
Pero, sobre todo, fue el analista deportivo por excelencia de la televisión durante la mayor parte de sus tres décadas de trabajo, ganando 16 premios Emmy como analista/personalidad deportiva y cubriendo 11 Super Bowls para cuatro cadenas entre 1979 y 2009.
"La gente siempre me pregunta si soy entrenador, locutor o jugador de videojuegos", dijo cuando fue elegido para el Salón de la Fama del Fútbol Profesional. "Soy un entrenador, siempre he sido un entrenador".
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Comenzó su carrera de locutor en la CBS tras dejar de ser entrenador en gran parte por su miedo a volar. Él y Pat Summerall se convirtieron en el mejor dúo de locutores de la cadena. Madden contribuyó a dar credibilidad a la Fox como cadena importante cuando se trasladó allí en 1994, y pasó a relatar partidos en horario de máxima audiencia en la ABC y la NBC antes de retirarse tras la emocionante victoria de Pittsburgh por 27-23 sobre Arizona en la Super Bowl de 2009.
Fornido y un poco desaliñado, Madden se ganó un lugar en el corazón de Estados Unidos con un estilo simpático y sin pretensiones que resultaba refrescante en un mundo deportivo de salarios en espiral y estrellas prima donna. Iba de un partido a otro en su propio autobús porque sufría de claustrofobia y había dejado de volar. Durante un tiempo, Madden regalaba un "turducken" -un pollo metido dentro de un pato metido dentro de un pavo- al jugador más destacado del partido de Acción de Gracias que él dirigía.
"Nadie amaba el fútbol americano más que el entrenador. Él era el fútbol", dijo el comisionado de la NFL, Roger Goodell, en un comunicado. "Fue una increíble caja de resonancia para mí y para tantos otros. Nunca habrá otro John Madden, y siempre estaremos en deuda con él por todo lo que hizo para hacer del fútbol americano y de la NFL lo que es hoy."
Cuando finalmente se retiró de la cabina de retransmisión, dejando el "Sunday Night Football" de la NBC, sus colegas elogiaron universalmente la pasión de Madden por el deporte, su preparación y su capacidad para explicar un juego a menudo complicado en términos sencillos.
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Fuente: The Score