Aquel sábado 31 de mayo de 2014, la emoción y los nervios se apoderaron de los presentes y probablemente del propio protagonista de lo que se convertiría en un hecho único en la historia de las carreras de caballos en Venezuela.
Se dio la salida en el punto de los 1.200 metros y la yegua Dubramely Girl, conducida por Emisael Jaramillo tomó la delantera. Aunque tuvo cierta pelea al entrar a la recta final, Dubramely Girl no aflojó en la punta y después de pasar parciales de 23.1 y 46.4, siguió derecha hacia la victoria para dominar al grupo con tiempo de 73 segundos exactos.
Lea también: Rubén Lanz dedica línea de pantalones largos.
Aunque para la estadística de ese año 2014 fue otra victoria más, para la cuenta global de la trayectoria de Jaramillo era una fotografía muy importante. Esta era la victoria 3.000 de por vida y era el único jockey en Venezuela en lograr tal cantidad.
Lea también: Darwin Rodríguez gana su primera carrera en Estados Unidos.
Mucho antes, también un mes de mayo pero de 2010 cuando triunfó con Pozo Suruapo, Jaramillo empató la marca de Juan Vicente Tovar de 2.492 primeros. El récord del multicampeón de 16 estadísticas llegó a su fin, cosa que en la década de los 90 parecía algo imposible de alcanzar, pero para eso están los récords, para romperse.
La celebración. Dubramely Girl era una corredora descendiente de Avenue Marceau en Tibisela, nacida en el Haras Oropal que entrenaba José Quintas. Quizás estos datos no los recuerda mucha gente porque el centro de atención era Emisael Jaramillo.
Aquel joven que nació en Tucupido y que en 1998 le latió en la cueva a Ángel Alciro Castillo siendo un aprendiz, no sabía que el destino y su talento lo llevarían a la cúspide del hipismo criollo. Ese triunfo 3.000 no solo representaba ese récord, sino el historial de un camino que se inició con su primer clásico en La Rinconada con Raén, las épicas victorias sobre My Own Business, la Triple Corona de Yeguas con Front Stage y después llegarían más ejemplares y clásicos.
Aunque parezca un chiste pero no lo es, Emisael Jaramillo fue una figura popular dentro de la cultura nacional. Quienes no sabían nada de caballos irónicamente si conocían de Jaramillo y sus hazañas. El verdadero sucesor de las glorias de Tovar fue él y lo demostró con números, aunque en las estadísticas el caraqueño con sus 16 títulos sigue imbatible en el tiempo.
Lea también: Entrevista a Cindy Carrero.
En esa celebración en el paddock de ganadores de La Rinconada, Emisael Jaramillo estuvo rodeado de familiares, amigos y uno que otro invitado inesperado de última hora que también quiso sumarse a la celebración. Sus colegas jinetes lo acompañaron también para formar parte de esa foto en la posteridad. Los jinetes más jóvenes lo miraban con admiración, con el deseo de ser cómo el y ganar todo lo que había logrado en ese momento.
Para la hora en la cual Jaramillo cruzó frente a la meta sobre Dubramely Girl cosechaba en su historial el ser el único jinete en ganar tres veces la Triple Corona Venezolana: Polo Grounds, Taconeo y Water Jet. En su vitrina de trofeos, estaban cuatro Clásicos Simón Bolívar, cuatro veces el Clásico del Caribe y a final de ese 2014 ganó el quinto con Ninfa del Cielo, así como la mayoría de los clásicos del calendario nacional.
Por poco y el pasado domingo 28 de mayo, Jaramillo casi logra otro récord. Sus 1.500 triunfos en Estados Unidos, pero el destino esta vez no lo premió ese mes sino dejó la celebración para junio.