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Hipismo

El apellido Catanese Deja un legado imborrable

Por Meridiano

Viernes, 25 de septiembre de 2020 a las 03:52 pm

Richard Quiñónez / @Richardq0511

Me permito la licencia, con las debidas excusas, de comenzar esta nota con una experiencia personal: El 14 de Diciembre de 1997 las tribunas del Hipódromo La Rinconada estaban de bote en bote, a tal nivel que en el lugar que acostumbraba ver las carreras, en el último piso de la tribuna “A” no había espacio disponible. Claro era lógico, ese día se disputaba el Clásico Internacional del Caribe y corría “el loco” Alighieri.

Como pude me acomodé en un espacio para disfrutar la tarde de carreras y esperar el momento del Clásico. Así pues llegó la hora y como era de esperarse, “el loco” entró en la recta final en la delantera y comenzó su “show” buscando afuera pero el entrenado por Nino Catanese estaba destinado a alcanzar la gloria y ni siquiera sus locuras, que bastantes triunfos le costaron, pudieron evitar que Nino junto a los propietarios se lanzaran a la pista a buscar a su campeón ante la algarabía de un pletórico escenario y las lágrimas de la emoción que brotaron en mí en un día inolvidable. Desde ese momento sentí una gran admiración por “Nino”.

El pasado domingo 20 de septiembre se conoció la infausta noticia del fallecimiento de este gran entrenador venezolano, heredero de las glorias de su padre Vittorio pero que se hizo un nombre propio en el hipismo nacional por su profesionalismo, conocimiento e innumerables victorias.

Una vida con propósito.

Antonino Catanese nació en la popular parroquia de El Guarataro en la capital venezolana el 18 de mayo de 1953 y al ser hijo de Vittorio su vida estuvo ligada a las actividades diarias del hipódromo desde muy temprana edad. Primero en el desparecido hipódromo de El Paraíso y luego en La Rinconada. Sin embargo, la educación siempre estuvo primero, y logra graduarse como Médico Veterinario en la Universidad Central de Venezuela, oficio que aún más lo liga al mundo del hipismo y los purasangres.

Luego de graduado ejerce su profesión en la caballeriza de su padre y también atendiendo varios ejemplares de distintas cuadras. En 1989 logra obtener su Matrícula de Entrenador de Purasangres de Carrera y comienza de a poco a compenetrarse en el oficio de su padre. Dice un adagio popular que lo que se hereda no se hurta y Nino Catanese inicia una exitosa carrera como preparador con su primera victoria a través de la yegua Miss Altiva el 23 de octubre del mencionado año y en diciembre logra su primer triunfo selectivo al ganar el Clásico Comparación con el potro Country Music en el Hipódromo Nacional de Valencia. Cierra esa, su primera campaña con 24 visitas al paddock de ganadores y daba muestras de su  sabiduría y de lo que sería su inolvidable paso por el óvalo de Coche.

Cosechando lo que sembró.

Desde 1990, Nino Catanese se convirtió en uno de los más importantes entrenadores en el hipismo nacional. Poco a poco su caballeriza se fue llenando de ejemplares, en principio hizo buena yunta con los recordados ejemplares del stud Sacedón, de Doña Maruja Estévez y fue precisamente con los recordados colores de este stud con los que logró su primer triunfo selectivo en La Rinconada con el ejemplar Sacedón. A partir de allí lo que vinieron fueron innumerables éxitos en la carrera profesional de Nino Catanese con ejemplares de gran nivel y que lograron muchos triunfos selectivos. Ta’Bello, Toscanelli, Sha Runner, Real Poet, Lucky Mega, South Handyman, Gran Hermano, Sha Flyer, Lucky Mega, Comediante entre muchísimos otros grandes ejemplares que estuvieron bajo el cuido y el entrenamiento de Nino Catanese.

Alighieri su gran obra.

Sin duda que cuando se menciona la carrera de Nino Catanese inmediatamente viene a la memoria el nombre de uno de los ejemplares de mayor carisma que ha pasado por la arena del óvalo de Coche, Alighieri. La calidad corredora del hijo de Sag Harbor en Virginia Diamond, pero sobre todo su genio y su maña de abrirse ostensiblemente al entrar en la recta final hicieron que cada una de sus presentaciones representara un espectáculo aparte.

 Alighieri corrió para los colores del stud Saint Omero de Ángelo Di Silvio, nació en el Haras Montesano en 1994. Ganó sus dos presentaciones como dosañero y ya daba muestras de su inmanejable genio. A los tres años debutó ganando el Clásico Francisco De Miranda pero su invicto cayó ante Lomaxti, su eterno rival, en la Copa Gran Tiro y luego otra vez Lomaxti sería su verdugo en el Clásico Juan Vicente Tovar. Su venganza llegó en el Clásico José Antonio Páez donde impuso su gran categoría incluso cargándose afuera y todo. Pero esa “maña” le costaría el triunfo tanto en el Clásico de los Sprinters como en el Clásico Cría Nacional y también en el Clásico Simón Bolívar, sin embargo esto no desanimo a Nino ni a sus propietarios y se dispusieron a representar a Venezuela en el Clásico Internacional del caribe disputado en La Rinconada con el resultado ya contado al inicio de este escrito.

 La historia de Nino Catanese y Alighieri están íntimamente ligadas, pero Nino se ganó el cariño el aprecio y sobre todo, el respeto de todos sus colegas, de cada uno de las personas que hacen vida en el hipismo nacional, de los comunicadores, periodistas y sobre todo de la afición hípica que lo recuerda con mucho cariño y afecto.

FARÁNDULA


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