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Alex Pallarés, la búsqueda de oxígeno tras la derrota contra el Caracas

Sabado, 23 de abril de 2022 a las 07:52 am

Samuel Aldrey | @SamuelAldrey

Se enfrentaron Caracas y Deportivo Táchira en el Olímpico, el resultado 2 a 0 para el Rojo. Francesco Stifano contra Alex Pallarés, con ambos técnicos todavía en proceso de encontrar las mejores asociaciones en ataque, sistemas y elección de hombres para que su proyecto pueda llegar a ser ganador de algún título a final de temporada.

Lea tambíen: Akinyoola y Guarirapa liquidan al Táchira en el Clásico

La sensación al final del partido es que ambos equipos están faltos de ideas, dado que estos a nivel ofensivo están limitados a realizar únicamente una solución para cualquier situación de juego, aunque el Táchira con un poco más de variación cuando tuvo sus once jugadores en cancha

No obstante,  hay muchos aspectos comunes para los dos, como lo incómodos o lo poco eficaces que se están mostrando a la hora de ejecutar la presión, en cualquier altura, con grandes problemas para robar y defender hacia delante.

Stifano sale mejor parado por el triunfo después de cuatro partidos sin ganar  y Pallarés en entredicho tras la derrota con cinco partidos sin alzar las manos en señal de victoria.

Enmendar la derrota en la altura de la Libertadores.

Pallarés necesitará olvidar rapidamente lo sucedido en el Olímpico, más allá de un arbitraje aciago de José Uzcátegui que perdonó la expulsión a Bryant Ortega por una fortísima entrada a Maurice Cova en el minuto 40 del partido. Porque más allá de eso, el equipo está sufriendo en transición ofensiva tras la pérdida en la elaboración en tres cuartos de cancha.

Demasiados problemas tiene el español para defenderse a campo abierto tras las intercepciones del rival. 

Las alturas tanto de Yersón Chacón y Camacho en banda hace jugar al equipo muy abierto cuando se construye la jugada. Siempre el Táchira tenía la intención de construir con los volantes y laterales sin tanta altura. La situación actual provoca dos situaciones: Ni Cova ni Garcés consiguen que el equipo viaje con el balón, pues sus líneas de pase más próximas, que no fueran las centrales, estaban muy alejadas y esto deja un equipo largo y vulnerable a la pérdida.

Los laterales tan altos de inicio empujaban a los extremos hacia fuera en lugar de hacia dentro y solapaban el espacio. Ninguno pudo encontrar una situación donde hacer daño. Chacón no tuvo el espacio ni el tiempo precisamente para encarrilarse desde fuera hacia dentro, como hacía la temporada pasada y se vio falto de acompañamiento.

El que mejor estuvo en tres cuartos de cancha fue Uribe que se metió en el espacio entre Castillo y Suárez para intentar tener un jugador en las zonas interiores y distribuir hacia las hacinadas bandas. Atraía marcas en el borde  del área rival para liberar a los dos volantes/extremos (Figueroa y Chacón), allí el equipo se vio más cómodo e incluso llegó con peligro al arco de Baroja con buenas construcciones a través de unas cuantas paredes, pero con una pérdida el equipo quedaba quebrado y más con uno menos.

Aquellas jugadas se acabó con la salida de Uribe y la entrada de Edder Farías, obligado a un cambio tras la expulsión donde el Táchira buscó más en largo que en corto, pero sin Uribe perdió el enlace necesario.

Además, la falta de contundencia frente al arco es otro aspecto a mejorar para este Táchira. Ante el Caracas tuvo cuatro disparos dentro del área y ninguno pudo ser cantado por la afición. 

Alex Pallarés deberá mejorar y buscar en la altura de Sucre, Bolivia por Libertadores cuando tenga que enfrentar a Independiente Petrolero esta semana. El tiempo y los resultados dirán si el técnico permanece o no. 

Táchira queda cuarto con 14 puntos a la espera de la finalización de la jornada doned puede quedar fuera de esa zona. En la liga para lavar la imagen deberá ganar en la próxima jornada ante Deportivo La Guaira, en San Cristóbal. 

Una victoria y una lección para el Caracas

El Caracas, que durante todo el comienzo de la temporada había intentado ser más proactivo para ir a buscar al oponente a su propio campo, algo que no estaba terminando de funcionar, contra el Deportivo Táchira hizo un cambió en el guión.

El Rojo juntó las líneas en su campo y sin saltar a la presión de manera desmedida. Edson Castillo y Suárez pocas veces dejaron su posición en busca de un robo, se retrasaron y se juntaron con solos dos o tres metros entre ellos con respecto a la línea de cuatro defensas.

Les salió bien porque el equipo de Alex Pallarés arriesgó en pases interiores casi sin espacio, pero la sensación que deja es que contra equipos que no acometan tanto pase interior complicado te pueda salir bien, ya que puede pasar mucho tiempo, quizá demasiado, sin el balón.

Pero, sin duda, por aquí está la clave para ver un Caracas óptimo esta temporada: mejorar en la transición ofensiva con más acompañamiento a las salidas en velocidad de Osei Bonsu y Samson Akinyoola. 

Porque la salida en contragolpe no se hace con frecuencia por el suelo, una cuestión de un incorrecto posicionamiento para dar salidas limpias y veloces en recuperación.

La forma más común de aprovechar los robos fueron con pases largos e imprecisos a Bonsu desde los pies de Carlos Rivero, que le complicaban el control al ghanés y perdía tiempo en orientarse al arco. Tiempo que aprovechó el rival para molestar aún más las corridas de Bonsu que llegaba al área tambaleándose y sin ninguna forma de rematar con comodidad al arco. 

Así el Caracas solo mostró superioridad en esa transición después de la expulsión de Robert Garcés y la salida de Luis Suárez en el mediocampo por Vicente Rodríguez que pudo llevar mejores pases desde su campo entre la mermada línea de Táchira.

Además, pudo sacar a Saúl del hacinamiento de la banda hacia posiciones más centrales donde pudo combinar con Samson Akinyoola para elaborar ese primer gol, una lección para anotar en la libreta para el próximo partido: a Guarirapa se le da mejor el centro que partir desde banda.

Por lo tanto el resultado puede ser engañoso a nivel futbolístico, pero sin dudas le da un respiro a Francesco Stifano para seguir construyendo su visión del Caracas e iniciar una buena racha de victorias en el inicio del campeonato y en Libertadores cuando juegue este miércoles contra The Strongest, boliviano.  

 

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