Pablo Alejandro Rondón| @PablinhooAlee
CARACAS. La gerencia de Padres de San Diego debió salir con fuerza al mercado de cambios, en los días previos a su cierre debido a la posibilidad real de avanzar a la postemporada, un hecho que no ocurre desde 2006 y para ello entregaron peloteros como los venezolanos Edward Olivares y Luis Torrens, los cuales han encontrado un cálido hogar en sus destinos.
El primero, patrullero que llegó a Reales de Kansas City, empezó a dar de qué hablar desde el 3 de septiembre cuando fue insertado en el line-up del mánager Mike Matheny por vez inicial. Ha intervenido en 12 de los 13 choques desde que llegó y sus números son notables.
Con un promedio de .283, el caraqueño se ganó el puesto de titular al dar 13 imparables en 46 turnos, con cuatro extrabases, incluido un par de cuadrangulares y siete remolcadas, acompañado de cinco anotaciones. Tiene OBP .292 y slugging de .478.
Solo no abrió en un duelo de los que ha disputado, el del 13 de septiembre, cuando entró en el octavo inning en victoria 11-0 de los suyos frente a Piratas de Pittsburgh. Recordar que en este año debutó en las mayores, y lo hizo con los de California, los cuales lo pusieron a jugar en 13 compromisos, por lo que está por igualar esa cifra.
En una novena en reconstrucción, seguramente Olivares de 24 años tendrá mucho espacio para encabezar esos años venideros en los campeones de la Serie Mundial del año 2015, los cuales finalizaron con el ciclo de su exitoso piloto Ned Yost el año pasado, para abrirle paso al exreceptor y antiguo piloto de Cardenales de San Luis.
Por superarse
El caso de Torrens es más interesante, pues se estrenó en MLB con San Diego hace tres años pero no pudo consolidarse, aunque en su debut había establecido sus topes en juegos jugados (123), imparables conectados (20) y anotadas (siete).
Pero, de la Frontera con México pasó a estar más cerca de Canadá al enrumbarse a Marineros de Seattle y ya allí empezó a escribir historia para él al conseguir su primer estacazo en la gran carpa con ese uniforme, en el T-Mobile Park.
En diez choques como bucanero, el careta de Valencia ha dado diez incogibles en 34 veces al bate, con trío de dobles y cuatro impulsadas, e igual número de anotadas. La línea ofensiva es de .294/.471/.885. En tres justas con los religiosos solo pegó 26 inatrapables en total, cinco biangulares y pudo producir siete rayitas.
Con el ritmo de juego necesario, el carabobeño ha demostrado que puede responder a la ofensiva al estar en su mejor zafra en ese aspecto, amén de sus cualidades defensivas.
Quizás ambos se pierdan una potencial postemporada con Padres, pero su desarrollo peloteril puede abrirles mejores puertas, entendiendo de que al estar diariamente en el terreno de juego su cotización sube.