Imagen portada
VE
Escoge tu edición de meridiano.net favorita
VE (Venezuela)
US (USA)
La Vinotinto

Centenariazo en la otra orilla

Por Meridiano

Martes, 05 de mayo de 2020 a las 02:03 pm

Oscar Galvis | @oggalvis

Piénselo un momento. ¿Cuántas veces Ud. como aficionado pudo literalmente celebrar por todo lo alto un triunfo contundente de la Vinotinto?

Y a esa interrogante agregue ésta. ¿Cuándo uno como periodista puede darse ese lujo, de poder ver, gritar y gozar en calidad de aficionado un partido de la selección mayor?

Pues el llamado Centenariazo, el juego de Uruguay y Venezuela por la eliminatoria rumbo a Alemania 2006, me agarró en la cómoda situación de hincha común y corriente.

Mi labor profesional en la fuente de fútbol me llevó a lo largo de los años a cubrir los ciclos de la Vinotinto con los técnicos José Omar Pastoriza, Richard Páez, César Farías, Noel Sanvicente y Rafael Dudamel.

Dicho esto, uds se imaginan la cantidad de veces que vi perder la Vinotinto jugando, bonito o feo, con justicia y sin ella, de local o visitante.

El 31 de marzo de 2004 estaba yo a las puertas de comenzar a trabajar en un diario de circulación nacional como periodista de la fuente de fútbol tras un periodo de dos años laborando como freelance.

Con tiempo me preparé para instalarme a ver el juego.

Primer paso. Llegué a mitad de tarde a la casa, advertí a mi esposa (embaraza de mi segundo retoño)_y mi hija Oriana:_ “hoy juega la Vinotinto y les agradezco me dejen el televisor en paz por un tiempo”.

Minutos antes del pitazo inicial ya estaba instalado en el cuarto principal con Meridiano TV a todo volumen y listo para sufrir, como  solían ser muchos duelos de la Vinotinto.  No jugué los 90 minutos, pero cómo me moví en el cuarto de mi casa de cinco metros cuadrados.

Las salidas de Jonay Hernández o los enredos de Vallenilla Pacheco en los laterales me hacían pegar gritos como loco.

Yo dirigía al equipo desde cinco mil kilómetros de distancia: “ábrala, pásala rápido, júntate con Arango, no la pierdas ‘Pájaro’ Vera”.

Y_cuando Uruguay atacaba la temperatura corporal bajaba.

Golpe inicial. En ese intento de Uruguay por marcar rápido y conseguir la goleada prometida, llegó el tanto de Venezuela.

¡Uf! qué sorpresa para todos: Gaby Urdaneta recoge un balón muy cerca del área uruguaya y suelta un zurdazo que nos paraliza a todos. El grito que pegué en mi cuarto se oyó en los alrededores de las Lomas de Urdaneta.

Y comenzó el sufrimiento: uno veía que los uruguayos se montaban sobre Venezuela, y yo apretaba los dientes, daba órdenes a la TV y apretaba uds saben qué.

Frío , susto y miedo. Dos tiros de los charrúas los repelieron los palos del arco defendido por Gilberto Angelucci. Y uno le rezaba a todos los dioses posibles para que el ‘maldito’ gol uruguayo no llegara nunca.

El primer tiempo nos permtió respirar, secarnos el sudor y coger aire con un poco de agua.

La locura. Jamás en mi vida, como periodista y aficionado grité tanto en 45 minutos.

Cada ataque a la desesperada de los uruguayos abría un boquete en su defensa, y Venezuelo aprovechaba.

Yo dirigía más que Richard Páez, pero los jugadores no me hicieron caso. Eso sí, tuvieron una efectividad nunca antes vista. Cuando se escapó el ‘Pequeño’ Rondón yo le decía: ‘pásala, pásala (al ‘Turbo González). ¡Coño, y me hizo caso! Segundo gol y un servidor casi enloquece.

Y tras el tercero, luego de otra esprintada del ‘Turbo’ González y toquecito de Arango para marcar, me colgué de la ventana, me puse histérico, lloré riéndome. Y mis vecinos se enteraron del triunfo de la Vinotinto. AP

FARÁNDULA


HIPISMO